LA GENERACIÓN PAPILOMA
Porque tú no sabes si la muchacha
que estás besando a tus 11 años, tiene por herencia, el virus del Papiloma,
porque bien puede ser un inocente beso a los 4 años donde los labios puros
intercambian saliva y porque la madre de la niña no se hizo la cesárea
respectiva para no contagiar a su niña con este virus.
Y todo partió de un simple beso.
Que cuántos años puede tardar en
aparecer las primeras verrugas, pues entre unos 5 a 10 años y, es un virus que
es compartido por parejas de esposos quienes sincerados saben que lo tendrán de
por vida, así se hallan tratado las verrugas benignas en el mejor de los casos,
las que no son genitales si es que acaso, para tragedia del varón los tenga en
su pene o el glande o, la mujer, dentro de su vagina, lo cual sea el causante
del cáncer uterino y la obligada visita al ginecólogo para el despiste o
llamado Papanicolau.
Los preservativos en estos casos
no protegen a nadie, ni al varón, ni a la mujer, sea el caso que las verrugas
que aparecen y suelen desaparecer por sí mismas en un 30% aproximadamente, al
solo contacto se da el contagio. Esos orzuelos que salen en los ojos o la
nariz, muy relacionados en los cuentos de brujas para niños, son el producto de
quienes se ha reventado una verruga y con sus dedos han tenido contacto en esas
partes del rostro. Ojo que las estadísticas dicen que de cada 5 mujeres, 4
tienen el virus del Papiloma y que ésa es una de las razones del porqué son
necesarias las cesáreas ya que entre el 1 al 3% de niños nacidos podrían
heredar el virus, que es distinto a que nazcan de manera normal por la vagina y
contraigan el virus.
Las vacunas que son obligadas en
las niñas y púberes por ejemplo en Australia, son una forma práctica de
prevenir el contagio del Papiloma cuyas características son evidentes ante los
ojos de cualquiera: son verrugas que se asemejan a la coliflor o tienen formas
de crestas de gallo. Los tratamientos dados por los dermatólogos si bien, son eficaces,
no curan definitivamente al virus, el virus se mantiene de por vida en las
personas, sean tanto varones como mujeres y son productos del cáncer de
genitales tanto masculinos como femeninos o el cáncer cervical uterino.
Pero esta generación que empezó
su vida sexual desde temprana edad, al parecer, ya está contagiada con el
Papiloma, a no ser que sus padres les inyecten las vacunas tanto a niños y
niñas para ser inmunes y no portar el virus.
Los prejuicios son mayores como
la ignorancia, ya que esto implica hablarle a un niño de 5 años o a una niña de
5 años por qué razón se le está inyectando mencionada vacuna si es que ésta es
aplicada en la pubertad, alentando a la promiscuidad y al libertinaje, ya que
desde que las clínicas clandestinas pueden inducir el feto fecundado llamado
aborto, dentro de la vida sexual de los púberes, las posibilidades al momento
de cambiar de pareja u optar por abortar una y otra vez se hacen mayores si es
que hablamos de púberes de 13 a 14 años.
Pero esta es una generación que
no escatima en darse de a besos y tener sexo, así sea en roces sin penetración
con púberes vírgenes sin considerar que el contagio se dará. En este siglo XXI,
los jóvenes se consideran mayores o viejos a los 14 años por tener experiencia
mundana, es decir, por tener una vida sexual propia de adultos, si acaso hay un
fuerte rechazo al uso del preservativo que nada protege en estos casos ante los
contagios por los flujos vaginales de los orgasmos sea quien fuera el que sea
el portador del virus.
Porque si has formado parte de
orgías o llevas una vida promiscua, o solo se den de a besos niños con niñas
de manera inocente, no sabes si es que por herencia, alguna de las partes porta
el virus del Papiloma.
Está demás decir que los jóvenes
y adultos que tienen sexo indiscriminado es bien probable que ya tengan el
virus si es que no han sido vacunados y que en unos años, empiecen a tener
condilomas, papilomas o verrugas que tratadas, siempre podrán reaparecer una y
otra vez si es que hacemos caso a la canción de Maluma cuando canta: “Felices
los Cuatro”.
Qué hacer entonces. Los médicos
no dicen una vez más todo lo que saben. Queda la vacuna para los niños y niñas
y, por cierto, la responsabilidad de los padres de hablarles a sus hijos sobre
el sexo y su responsabilidad.
Y a cuidarse de las mujeres
rubias de ojos claros con verrugas, que bien pueden ser toda una pesadilla y
esta vez sin ser de ficción.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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