LA TARDE ESTÁ ROCKERA
Preparé saltado de mollejas, un plato delicioso acompañado con arroz
blanco, papas fritas, tomate en corte de tiras y, sillau.
Es tan fácil prepararse los platos que a uno le gustan más y, no he
gastado mucho, sentado frente a mi ordenador, con mi vida de hombre soltero,
escribo mientras fumo mi cigarrillo mentolado y, bebo de mi Cool Fresh, cuando
termine de escribir este texto, me serviré mis alimentos.
Dudo mucho que esto pueda escribir la IA, ¿por qué? Para ser sincero, la
IA miente siempre, si no eres un erudito, te dará datos falsos, como que su
algoritmo no es tan bueno cuando le pides información en todas las bibliotecas
del mundo conocido, le he pillado muchos errores, sobre todo cuando le pedí que
me hiciera un monólogo de Zeus, el dios griego del Olimpo, en relación a lo que
sentía con sus conquistas o mujeres, para ser exacto, quise, mediante la IA
que, Zeus expresara, ¿qué siente en los orgasmos? La IA se disculpó y expresó
que no podía escribir sobre ello, porque no está capacitada para saber qué es
un orgasmo.
Me pregunto entonces, sobre esas escritoras que escriben un libro diario
con la IA, esas escritoras que escriben sobre el amor, ¿sobre qué amor
escriben, si la IA no puede definir un orgasmo, digamos, el de Zeus?
Es cierto, es buena para recrear imágenes de video, para impresionar con
sus alcances fotográficos o, animaciones donde personajes de diferentes
momentos de la historia hablen, interactúen entre sí o, se les traiga hasta
este ahora, para que nos hablen sobre lo que les propongamos, pero si en lo
básico, lo fundamental que, corresponde al homo sapiens, que es del sexo: el
orgasmo, no puede decir nada, entonces puedo afirmar que nunca nos entenderá,
por más que inventen robots que aparenten ser hiperinteligentes con aportes
impresionantes pero no, no nos entenderá jamás, lo básico, lo fundamental y
lugar común, reitero, tanto en varones como mujeres, es el orgasmo y, eso,
ninguna IA puede entender ni monologar, crear un diálogo diré, entre Cleopatra
y Julio Cesar o Marco Antonio, diré, el mal de amor del viejo Nietzsche o, las
impresiones de Giacomo Casanova para el amor, como que hemos inventado los
humanos algo que parecía ser útil, que podía resolver lo que nosotros los
humanos no podemos pero ven, es sólo un repetidor de datos que rastrea desde
toda la memoria que hay en internet, diré, todas las bibliotecas del mundo
donde descansa el saber humano, aún, errando en sus datos o confesando
limitaciones, entonces, si no entiende nuestros sentidos, ¿cómo puede remplazar
a la psicología y otras disciplinas que tengan como objetivo, ayudar al ser humano?
Me comentaron algunas muchachas que preferían a los psicólogos de la IA que,
a los psicólogos humanos, porque los psicólogos de la IA eran muy condescendientes
con ellos, no como los psicólogos humanos que les llaman severamente la atención
para corregirles.
Qué hacer pues entonces, ¿fiarse de la IA?, si le he hallado muchos
errores o información no confiable, en un mundo donde todos nos basamos en la
confianza y en datos precisos, como en la ingeniería. Un error en el
diagnóstico de la IA podría provocar una muerte, si fuera el caso que intente
remplazar a un médico.
Y todo esto a razón que llevo décadas estudiando, recuerden que tengo
casi 54 años, entonces, ¿sólo sirve para hacer cine y novelas que no entienden
la condición humana, por más que las escritoras porfíen hacer novelas de amor
con la IA?
Me temo que la IA no será de ayuda para los estudiantes universitarios,
creo que el valor está en las bibliotecas, en los libros, en la lectura de
búsqueda, de investigación, no es pues comparable mi visión como estudioso e
investigador, con la de un muchacho de 16 años que, puede ser sorprendido con
la IA al no poder percatarse de los errores de ésta.
Nos queda pues ver producciones espectaculares de cine creadas por la IA
o, fotografías espectaculares diré, de la Luna o Urano, tal vez con programas
avanzados, simular en videos que uno pinte acuarelas increíbles o cuadros al
óleo como dibujos hiperrealistas, pero ¿dialogar con una IA?, diré, en el caso
de los deprimidos o deprimidas que, buscan una relación virtual con una IA
desde su celular creo, nadie se lo cree, ni los adolescentes, si es que
finalice: la IA no siente lo que sentimos los varones cuando eyaculamos y
botamos el esperma en pleno orgasmo, como de igual manera, no puede sentir lo
que siente una mujer no cuando menstrúa, sino cuando alcanza su orgasmo en
plena concepción o, cuando la mujer siente que está ovulando.
Para algo debe servir la IA, mas después de todo lo dicho, no sé para
qué, porque ésta es personalizada y se alimenta de los datos de tu celular o PC
y, por tanto, cada usuario puede llegar a creer que la IA lo sabe todo, cuando
en realidad, sólo ha indagado en la memoria de tu celular u ordenador y, sabe
todo de ti, pero, eso no garantiza que sepa toda la información que existe en
Google o, las bibliotecas del mundo conocido existente.
Asi que estimado lector, ¿piensa escribir una novela con la IA como lo
dijera el malvado de Mario Vargas Llosa antes de morir, cuando dijo que la IA
reemplazaría a los escritores?
Queda el talento y lo que proponga cada quien, como escritor, desde su
propia visión, si es que no ceda al fracaso y permita que un Comité de
Evaluación Editorial, manosee los escritos de uno, para escribir una obra
maestra que responda a las expectativas del mercado si hay una enorme brecha
entre Escritor y Autor, es decir, los que escriben con voz propia y, los que se
vendieron para ser publicados y contrataron a negros literarios, para que
escriban novelas a las que pondrán sus nombres de autores, dentro de todos los
negocios sucios que puedan proponer los sellos editoriales.
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