EL ESCRITOR AL CUAL LOS AMOS DEL MUNDO NO PUDIERON SILENCIAR
Y no pudieron silenciarme
Google me amenazó a inicios del 2020 con llevarme a Tribunales
Internacionales si seguía escribiendo
Facebook me censuraba todos los días en plena pandemia del 2020 cuando
alzaba mi voz contra Xi Jinping y Martín Alberto Vizcarra Cornejo, el genocida
del Perú del 2020
Las mujeres se pusieron de acuerdo como hasta ahora para no dialogar
conmigo, pero superé las 4,200 muchachas de la vida alegre sin embarazar a
ninguna.
No puedo silenciarme, han pasado más de 5 años de la pandemia y sigo
escribiendo en total libertad, ya no necesito compartir mis escritos en Facebook,
mis lectores entran a mi Blogger sin que los promuevo por la red social.
Y no pudieron silenciarme, sigo escribiendo, después de todo lo que
pasó, si haberme corrompido ni haber matado a nadie ni haber permitido que
maten a nadie de mi familia con la pandemia.
Estoy aquí firme, Impoluto e Incorruptible.
Ya vi llorar sangre como morir a todos los que me quisieron matar o
destruir.
No vivo de la literatura, tampoco quiero volver a los medios de
comunicación como escritor para que me hagan publicidad, después de todo el
daño que le hicieron al Perú con su Terrorismo de Estado, hoy nadie ve la
televisión peruana, ni escucha las radios, ni compra periódicos. La maldad
tiene un precio muy alto.
En el gobierno de Alejandro Toledo fue cuando me desahuciaron de por
vida y quisieron matarme en base a cura de sueños hasta entrar en un estado
vegetal o de coma y, ahora él está preso, condenado por corrupto. Es la
justicia del mundo, como la muerte de Alberto Kenya Fujimori Fujimori, donde
fui un perseguido político por mis ideas, por promover la lectura, el no
consumo de alcohol y otras drogas, el no ser corruptos. Vi presa a Keiko Sofía
Fujimori Higushi varias veces, vi su matrimonio destruido y veo ahora el
rechazo del pueblo peruano hacia ella.
Se llama: la justicia del mundo.
Y no pudieron silenciarme, sigo escribiendo por placer. Ya no me
interesa ser publicado, no quiero estar en medio de lectores esclavos que no
piensan por sí mismos. No quiero amor: las mujeres revelaron estos últimos años
qué es el amor para ellas, si la mayoría busca un patrocinador para que les dé
todo, es decir, son oficialmente putas.
No me arrepiento de no haberme casado, habría sido muy desdichado.
Me agrada mi silencio y lo que testimonio como escritor y pensador
libre, es muy plácido para mí mi libertad, es muy reconfortante sentarme entre
verdades y ver cómo es el mundo, luego de muchas décadas de estudio y mucho
mundo.
Tampoco no me arrepiento de no haber recorrido el mundo, muchos lo
hicieron y ni se dieron cuenta por dónde estuvieron.
Tuve las mujeres que quise, puedo tener las mujeres que quiera. No otorgo
derechos a ellas, tampoco tengo ningún derecho sobre ellas, sólo soy el que
testimonia que la vida es más fuerte aun teniéndolo absolutamente todo en
contra.
No recuerdo a mi primera enamorada, si es que tuve muchas. Me alejo de
las personas malvadas e infelices. Doy mi confianza a quienes son de valía y
aprecian la honestidad y el coraje.
Y no pudieron silenciarme. No pudieron.
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