EL ESCRITOR QUE ROMPIÓ SU MALDICIÓN
Una chuleta de res dorada, sazonada en sal y orégano, pollo cocido y
frío, arroz y, todo el día para mí, solo para mí, en silencio, en silencio y no
es una prisión, me acostumbré a vencer lo impuesto y desde ahí, estar más allá
de todo. Es como el misterio del relámpago que iluminó toda la noche de pronto
desatando el pánico con mucha violencia, para luego, en medio de todo lo
oscuro, semilla de incertidumbre hayan quedado, como las gotas que golpean las
ventanas, el viento que amenaza romper los vidrios, esos miedos de los que
creíste, eras amo, el señor que atemorizaba a todos.
-si los reyes gobernaron por mucho tiempo por mandato divino, ¿por qué
hubo tanta guerra? –
-¿dios les ordenó bañar con sangre las ciudades?, ¿dios o los dioses que
fueran? –
-entonces no existió dios bueno, lo dice la historia, los reyes que
gobernaron por mandato divino, los que dialogaban con ellos –
Desperté con el ordenador encendido mientras un video rezaba los Salmos,
pensé, “aquí hay sabiduría” y repliqué: “¿por qué el homo sapiens no la aplica?”
Los maestros intentaron enseñar cómo vivir a las personas, su vanidad y
soberbia fue correspondida con desprecio por los hombres normales: es fácil
predicar con el estómago lleno.
-el día más largo en la humanidad fue en el siglo VI de esta era: el sol
dejó de alumbrar en todo el mundo, hubo hambruna y muerte, ¡peste y llantos! ¿Son
la voluntad de las fuerzas de la naturaleza superiores a lo que prometieron los
profetas?
-hay una ciudad donde nadie debe ingresar, allí sólo hay muertos que
descubrieron la eternidad. El profanador halló los escritos del hombre sabio de
esa cultura, sólo pudo traducir unos versos que decían: “es horrible cuando la
felicidad se convierte en hastío, es una maldición ser inmortal, estar siempre
lleno de vitalidad y fuerza, hemos enloquecido con tanto tiempo, no somos
virtuosos, conquistamos todo el mundo y de nosotros desciende el ser humano:
nada bueno somos, nuestra creación nos llena de culpas, no hemos querido
aceptar que eso somos, nos hemos ido lejos donde la muerte exista, hasta aquí
escuchamos las maldiciones de los hombres, los lamentos no cesan, lo peor de
todo es que somos eternos y no dejamos de errar en este pequeño lugar, todo
conocimiento es nuestro, todo daimon somos cada uno de nosotros, cada idea
humana por el bien de la humanidad sólo desencadena en más guerras, aquel que
entre aquí sepa bien, no somos buenas personas, la inteligencia no resuelve
nada, fuimos pacíficos, edénicos, felices, un día de pronto creímos que ser
eternos sería una buena idea, desde entonces no estamos en paz, el descanso no
existe, no existe”.
-durante mucho tiempo pensé que el amor era la respuesta y creía en esa
respuesta –
-ignoré que el amor es para pocos en este mundo: genios, locos, tiranos,
poetas, potestades, jamás lo hallaron, lo hallé yo, no, no es la respuesta, no
la es, pero las personas ignoran esto, la desesperación les hace buscar lo que
hallé, se engañan, se mienten, porfían en creer que sienten el amor, efímeras
son las sensaciones de la cópula cuando has dejado de desearla y sin darte
cuenta, estás con una y otra, todo es placer sin remedio: los niños gritan,
¡papá!, y sabes que es el inicio de la locura y la muerte –
Las lágrimas que derraman los hombres fuertes, son sólo para ellos, creo
que el único amor que existe es a uno mismo, el resto puede ser olvidado.
Una nueva melodía suena fuerte en el pecho de los que recién empiezan a
vivir, no saben si el resonar en sus pechos es agradable o despreciable, es una
fuerte vibración que el titiritero ha propuesto para que todos sean felices, es
cierto, es una orden, no hay tiempo para oponerse o rebelarse, toca sólo bailar
y decir que eso les hace felices, pero tú sabes como todos que el vacío perdura
y, eso lo sabe el titiritero, el que hace milenios propone melodías con letras
sabias que nadie entiende, pocos saben que él está condenado a esa labor y
tampoco es feliz.
-cuando vi sus ojos, me hundí en fantasías con sueños donde escribí el
futuro que nunca sucedió y, supe que así sería, pero es bello soñar y no vivir,
la vivencia mata generalmente a los sueños y, me hundí en sus ojos para seguir
respirando –
-cuando contemplo el firmamento tengo miedo y fascinación, estamos hace
milenios aquí y nada sabemos de lo que vemos por las noches en los cielos,
hemos querido llegar hasta los confines del universo, ¿por qué nadie nos
responde? –
Llegado el momento, las personas sanas enloquecen y ansían arrojarse al
mar hasta morir, se llama desesperación, no es voluntaria esta decisión, esas
personas sanas se preguntan qué les ocurre, por qué quieren hacer algo en
contra de su voluntad y, sabes que esto es real y pasa –
Una noche entendí la vida, pero me sentí como en otra dimensión, vi que
todos tenían lo que se requiere para ser felices y no lo eran, oré por un
milagro: vivir lo que las personas rechazan, el milagro se hizo realidad, les
digo que entendí la vida, ahora estoy en esa dimensión y estoy vivo, la
dimensión que ustedes rechazan y que es la única donde se puede ser feliz.
De joven me nombraron como el señor de los laberintos, todos perdían la
razón, también yo, todos caían derrotados, menos yo, desde joven me nombraron
como el señor de los laberintos, era el único que podía tolerar lo
insoportable. Se me asignó entonces escribir sobre ello para aprender a
convivir entre laberintos. Eso hago hace décadas, diré, desde que se
convencieron que estoy en paz. Dicen que me asemejo a la esperanza. El señor de
los laberintos.
-después de hacer el amor, la muchacha sometida dijo con desencanto,
luego de haberme complacido en todo: te amábamos porque eras revolucionario,
has silenciado tu voz a cambio de nuestros placeres, pero al haber hecho eso,
nos has olvidado –
Estoy saciado con la chuleta de res, el pollo y el arroz que preparo con
mis manos, es una rutina agradable sentarse después a escribir. Me deshice de
la maldición, mi paz ya no es propia de un escritor maldito.
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