APUNTES SOBRE LA POLIGAMIA Y LA HIPERGAMIA



 

Suelo despertar a las 5 de la mañana, justo cuando el cielo es más oscuro, es un momento mágico, contemplo la ausencia de luz en mi dormitorio y siento la paz, enciendo un cigarrillo mentolado, me levanto de mi cama para probar mi Cool Fresh y, entonces medito, los recuerdos, esos recuerdos, las muchachas y más muchachas. Una vez a mis 36 años me preguntaron: Mauricio, cómo se enamora a una mujer, respondí de alguna forma para enamorar a lo cual me dijeron: pero si nunca has tenido una relación de pareja estable, cómo pueden ser válidos tus consejos. Y tenía razón, el amor no era para mí, tuvieron que pasar 5 años para vivirlo todo de golpe en un año de convivencia, estaba dentro de los condenados a escribir sin saber lo que era el amor. Mi revancha sería mayor al no casarme y tener luego miles de muchachas veinteañeras de quienes siempre pido que, sean esclavas, sumisas, complacientes y, amorosas.

Había silenciado a todos y roto esa maldición donde se me negaba el amor y los goces de la carne, no sabía, pero esa es la tradición en Perú, hacernos sentir la soledad al máximo, hasta no poder más con ella, siendo por ello muy populares los escritos de Nietzsche aquí, por ser el ejemplo emblemático de la soledad extrema. No sólo eso, el acoso por parte de los invertidos y las mujeres de mala fe siempre decían: no tiene novia, debe ser gay.

Hoy a mis casi 54 años sé, los magnates pueden tener si quieren hasta más de 100 mujeres sin que éstas se hagan ningún tipo de problema o se conviertan en mujeres celosas o tóxicas, se sabe que esto es propio de nosotros, de nuestra naturaleza masculina, sólo piden hijos y la economía resuelta, con todos los lujos propios de esos magnates que pueden mantener a más de 100 mujeres.

Las 5 de la mañana y pienso en el desayuno a preparar y cómo hacer el almuerzo y la cena con S/10 si es que coma carnes de todo tipo y sepa dónde comprar carnes de buena calidad y a buen precio.

Cubierto con mi edredón verde, por ser mi costumbre dormir desnudo hasta en los días más gélidos, siento la placidez de tener toda la cama para mí, ese silencio sagrado donde sé, empieza un nuevo día sin que sea molestado por alguna mujer que no esté satisfecha con nada.

Pienso cuando fui polígamo y llegué a tener más de 6 mujeres a quienes compartía con mis amistades, no logro entender hasta ahora a los que llevan relaciones de pareja por años, las mujeres dicen que en la madurez no se está con una y otra, dicen que eso es propio de adolescentes, no de hombres de 53 años como yo, entonces, ¿el sexo es sólo para los adolescentes y, en la madurez, se tiene a la mujer como compañera? Pero si soy feliz en soledad y no creo que haya entrado a la etapa de la madurez de la cual hablan las mujeres, creo que si tuviera dinero, sería otro de esos magnates que podrían mantener a más de 100 mujeres si me diera abasto para hacerles bien el amor a todas ellas en el mes, si sé, ése es el secreto de la eterna juventud.

No tener sexo, agria la vida, amarga la existencia, impide la evasión, uno filosofa demasiado a sabiendas que la filosofía no logró nunca dar una respuesta a lo que somos.

Preparo la ropa para el día antes de asear mi apartamento a manera de ejercicio para entrar en calor y darme una ducha con agua helada. Sé que el amor ha sido una invención judeocristiana, donde fracasan todas las personas, por no hallarlo nunca, salvo sea sólo pasión descontrolada, deseos de hacer el amor sin que importe más nada hasta saciarse y buscar otra mujer, siendo éste el miedo de las mujeres latinas, el haber saciado el apetito sexual de nosotros los varones, siendo en ese momento cuando se embarazan para no enfrentar solas a la vejez o la censura no haber tenido hijos.

Veo cómo aclara el día al dejar pasar los primeros rayos de sol por mi ventana, enciendo el ordenador para poner música instrumental, generalmente empiezo con temas relajantes, libre de estrés o carga muy fuerte, prefiero la música que sea en un idioma que desconozca para, luego de desayunado, saber de las mujeres que sonríen llenas de amor mientras medito en las hombreriegas, las que a la par que nosotros, tienen muchos hombres en eso que llaman ahora, ganado.

Que nos hemos puesto de moda los cincuentones y sesentones, pues es cierto, nos llaman no colágeno sino: vitamina. El sexo con experiencia y mañas para durar horas de horas es mucho mejor de lo que pueda proponer un muchacho de 20 años que apenas sabe qué es la vida y los rituales que deberá vencer para, ganarse el amor de las que quieren ser felices.

¿Poliamor? Tal vez sea eso lo que esté de moda en esta década del veinte. Nada de engaños, nada de falsedades y contratos que aten una persona a otra, sólo saber de una y otra.

Vaya tiempos, donde mi presupuesto es a lo mucho para alimentos y pago de servicios. La decencia en las muchachas está hecha sólo para con el que han de casarse, antes de ello, ya hicieron el amor con más de 100 hombres, si a eso se le llame kilometraje: unas paredes vaginales que ya no son estrechas, falta de emoción ante el sexo, distantes a las sentidas en las primeras experiencias, para finalmente saber que el matrimonio es un libreto impuesto por una sociedad hipócrita donde nos volvemos infieles tarde o temprano, sea el caso de varones o mujeres.

El día aclarece, frío unos huevos luego de haber pasado al sartén unos panes para que estén dorados y tostados, bebo de mi Cool Fresh mientras me río de la hipergamia, otra ironía que inventó la narrativa femenina, porque donde haya un magnate con mucho dinero, no les importará entrar a su ganado e integrar un universo de 100 muchachas que tendrán tema de conversación sobre la biografía de quien las mantiene y da orgasmos, hasta preñarse y asegurarse la vida, sin tener que trabajar, con casa y auto propio y, una libertad donde ellas también podrán hacer el amor con los hombres que quieran.

Aseado el apartamento y echas las compras, despierto a mi padre, le cambio de ropa luego de haberlo aseado para, salir a tomar el fresco o los rayos solares que empiezan a dominar el día, es un día más, no me tomé la molestia de saber de las noticias, cada vez están más polarizadas éstas, cada medio de comunicación da su propia versión, son tiempos donde ya no creemos en éstos.

Y aquí seguimos, sin que ninguno de nosotros, ni tú ni yo, hubiéramos salido al espacio para ver desde el exterior nuestro planeta o el resto de astros, la mayor de las ironías, saber que nunca iremos más allá del cielo que contemplamos, apenas sólo verlo desde donde estamos y hacer como si no tuviera importancia.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

MANUAL PARA NO DESPERDICIAR LAS NOCHES

EL CORAZÓN QUE VOLVIÓ A SU DUEÑO

EL POEMA QUE HONRÓ AL MUNDO