ANOTACIONES A MEDIANOCHE DESDE ALGÚN LUGAR DEL MUNDO
Para saber que viví, escribo esto y lo que tenga que
escribir,
Una noche memorable frente al mar puede ser olvidada,
La última muchacha que fue mía puede significar nada,
Sino leyera este poema, años después, para saber qué sentí a
su lado.
Como serán mis recuerdos de estas noches en silencio,
Mientras escribo, mientras escribo
Adivinando tu taza con té, tu habitación a luz de lámpara
O la tierna soledad que en su momento pidió un: ¡basta!
¡Ah, la calle donde sobreviví!,
Los amigos que recuerdo y retengo y ahora los pienso,
El aprendizaje del cual gané estos versos,
La certeza en las palabras de otros cuando me dicen:
Tú sí eres feliz, cuando ella quiso llorar
Y me dijo que algo no andaba bien en su vida,
Que tantos años en tan
corta edad pueden pesar mucho,
Que alguien debía recordarnos por dónde estuvimos
Cuando hubo penas, cuando las alegrías pasaron sin perdonar
nada,
Cuando la Luna como ahora, está rodeada de un arco iris
Mientras la ciudad duerme y la estrella sigue fiel desde mi
ventana.
Porque en otra parte de la ciudad, una mujer trabaja en las
fábricas
O un hombre escucha si silencio pensando en el destino.
Los pasos son pocos a estas horas por las calles,
Las voces apenas son susurros donde se puede escuchar: “aún
te amo”,
Y los libros, ¡esos libros!, ¿no son una invitación a estar
en otras partes?
De las renuncias no me arrepiento y no escribo,
Desde las mañanas en que invadía a la ciudad silbando en
alegre soledad
Sin ser interrumpido por nadie, entre la multitud,
Cuando buscaba al amor, cuando mis manos eran inexpertas
Y su oficio era estrechar sinceramente otras manos,
O señalar un lugar soñado que nadie antes avistó.
Porque todo esto podría olvidarlo
En un arranque de plenitud, de vida, de intensidad
De orgasmos donde soy totalmente un animal que se enamora
Y se descubre consciente de otros saberes que derrotan a las
matemáticas
Por ser evidencia de contradicciones entre las que vivo:
Días donde se hace el amor, y días donde se filosofa en
solitario.
Y adivino a la muchacha leyéndome mientras se pregunta
¿Qué es el amor para mí, qué es la soledad, qué bendita
libertad me llena?
Si así escribo, llegando hasta donde no puedo imaginar
Donde ahora el Sol reina, o donde el horizonte aún no ha
sido conquistado
Cuando vuelva en el tiempo, ¿pasará lo que siempre me pasa?
Porque de algo estoy seguro, no he dejado de crecer,
Poema tras poema.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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