BOMBA DE VACÍO O, SECRETOS QUE ERAN DE MANDINGO
Sepan mis lectores que, cuando la muchacha de la vida alegre, me confesó que yo era el hombre número 50 del día, no me quedara sorprendido sino, pensara, aquí pasa algo, fue que ella me confesara: “es a voluntad, tomo una taza de té con unas gotas de Yumbina de USA y, eso hace que tenga deseos de hacer el amor todo el día, indiscriminadamente sea el varón que me toque, así muchas hacemos dinero, mi estimado ingenuo escritor, porque una mujer en condiciones normales, no aguantan a 50 hombres por día, más aún si es con orgasmos o una maratón de sexo de tal envergadura”. Al salir del hotel, caminé plácidamente por las calles de la ciudad, era ya noche, era el día del hombre, estaba enterado que ellas estaban predispuestas ese día a tener orgasmos con más facilidad, por el alcaloide que ingerían, es decir, estaría yo muy excitado y, ellas, tendrían orgasmos, placer o, sentirían con más intensidad la sesión de sexo conmigo, si es que apurase por dos horas más con una muchacha que ha