UN HOMBRE SOLTERO PARTE XVIII
Entonces soñé que estaba con ella, no sabía precisar cuál de todas era o si no la conocía, solo sabía que era ella. El cielo se abría de un lado para el otro y los mares no juntaban sus aguas a pesar de tocarse, habían paisajes no conocidos ni por los autores de imaginación y conocimientos más estupendos o magníficos, era una parte del mundo desde donde se podía apreciar al tiempo y supuse estar con ella en la eternidad. Al ver sus ojos entendí que tenía un miedo vencido por la voluntad y la demora de la felicidad, mejor dicho, estaba enamorada como solo se ha amado nunca, es decir, era un amor de ficción, imposible para la realidad y, era sin embargo el amor buscado por todas las muchachas y mujeres. El universo visto desde allí, donde el día y la noche eran apreciados a la vez en el degradé donde de un lado triunfaba el sol y en otro reinaba la luna, me quiso tomar de la mano pero no podía hablar, el olor era el de ella y así las selvas, los océanos y los nevados como l...