EL AMOR ES SÓLO PARA PRIVILEGIADOS
Entonces el Presidente de la Cámara de Comercio me dijo: “¿es triste, no? Le había dicho que estaba enamorado y era correspondido. No entendía por qué me dijo que el amor es triste. Debo señalar que fui educado para ser escritor, no para hacer labores propias de los hombres que se juegan la vida en los trabajos. Él era amigo de mis padres, eran de la misma generación, sabía bien que estaba por experimentar el ritual más trascendente en la vida de todo hombre. Los que han vivido mucho, sobre todo las mujeres, dicen que amé de verdad. Supe pues de la impotencia de ser sólo un buen amante, un buen conversador, alguien que se aferraba a los momentos dulces de la convivencia, un poeta que no se acostumbraría a apartarse de quien le mostraba la vida en su expresión más dura: tener que buscar trabajo y saber que éste era peleado por otros más que también estaban enamorados y, necesitaban el trabajo para mantener a su novia, esposa, hijos, lo que fuera. Era la competencia entre u...