Julio Mauricio Pacheco Polanco (EL VARÓN QUE RECUPERÓ SU FELICIDAD)

Sepan bien mis lectoras al momento de amar ¿Buscan un hombre de mundo con experiencia? ¿Alguien que tenga siempre el control y nunca dude? Me dijo una vez una rubia de ojos azules: “Ustedes los hombres solo quieren penetrar”. Creo darle razón a mis 46 años de lo que ella aprendió de la vida, Que si la manera de retenernos es con embarazados no deseados De la menstruación y los métodos que anulan Todos los anticonceptivos lo sabemos todo, Por tanto, sea este mi consejo: “Muchachas de veinte abriles, No busquen amor donde viven los lobos solitarios, Nosotros podemos no depender de ninguna muchacha Porque sabemos dónde están las demás Las que creen saber todos los juegos de la mente Entre las que pierden el tiempo con la Magia Rosa para el amor O las que se dan cuenta rápido que en la intimidad 2,000 maneras de hacerlo son solo memorias Como este poema”. -“Ustedes los hombres solo quieren penetrar”- ¿De si alguna vez amamos de verdad?

No, no es tan simple Mauricio, es que eres muy complicado, jodidamente complicado, algo raro para tus casi 47 años, los escritores frontales que no negocian su discurso con nadie son los que han de ser records de ventas después de muertos, pero tú no te vas de donde vives y, lo denuncias todo, es que eso es lo ideal, lo esperado, pero, ¿comprarse pleitos para ser en éxito en ventas? Espera, saqué un cigarro del bolsillo interior de mi casaca y apunté con claridad: no se trata de ser un éxito en ventas, es solo lo que pienso, ¿se llaman convicciones, no?, porque si quieres publicarme, no pretendas sesgar mi discurso, si va a ser así, prefiero no ser publicado. Pero Mauricio, todos los escritores que hemos publicado han aceptado nuestras condiciones, tú escribes diariamente y queremos publicarte. Lo que quieren es silenciarme y pasarme para el lado de ustedes, ¿crees que no soy consciente del alcance de mi discurso?, ¡claro que sé de su alcance!, sé también que mi vida pu

Ajustarme el cuello de la polera negra de algodón Descartar el café aplazado Revisar la billetera para ver el presupuesto hasta la siguiente quincena O tal vez parar en el café de siempre, solo, Lejos de las noticias, de lo que ocurre en el país o el mundo, Ver la agenda en el celular Podría escoger alguna de ellas mientras consumo mi Coca Cola No hay KR negra con hielo en el café Las muchachas son venezolanas, las que atienden Mientras repaso mi vista sobre las extranjeras El color de su piel es muy parecido al mío El bronce dorado del sol peruano es inevitable, Son bellas y nada más, Si quieren algo, se levantan de su mesa y te hablan Sino, pues un intercambio de miradas evita todo Porque de pronto me veo en   las gradas circulares Subiéndolas, para ordenar mi cola con hielo y un cenicero. Me pregunto a esta hora, quién puede tener tanta libertad, Libertad para a los 46 años hacer a la hora que quiera, lo que le dá la gana Otros bie