Julio Mauricio Pacheco Polanco (EL VARÓN QUE RECUPERÓ SU FELICIDAD)

Está bien, si vamos a cenar a ese restaurante que tanto quieres ir Tú pagarás lo que pidas que lo mismo haré yo. Y si después de pasada la digestión, hacemos el amor Ambos pagaremos el hotel. No habrán peluches ni flores y si quieres un anillo de compromiso de oro blanco con diamantes Ambos lo pagaremos, porque esta es una sociedad que proclama la igualdad La casa que algún día tengamos irá a nombre de los dos Y si un día nos separamos, la cláusula del Contrato Prenupcial dirá: “Será vendido el predio y repartido en partes iguales”. Por supuesto que te seré fiel como espero lo mismo Pero si nos divorciamos, volveremos a leer el Contrato Prenupcial Donde estipule que podré ver a ms hijos todos los días Recuerda, es una sociedad donde se pide igualdad entre el hombre y la mujer Por lo tanto, tú te comprarás tus cosas, ropa, zapatos, collares, lujos, etc., Y tendrás que trabajar al igual que yo, porque quieres ser igual en este mundo, Total, est

Ellas querían un hombre que obedeciera Ellas están ahora solas, pensando si teniendo la razón compensaba el amor dado -yo conozco muchachas que no piden lo uno ni lo otro- -esas muchachas tampoco quieren alguien para siempre- -yo tampoco, me siento bien así, a cada segundo me decepciono más- -ya estoy convencido que a las mujeres no se les puede cambiar- Una American Express me dice que el sexo es fantástico -¿no todos tienen una tarjeta de crédito así, no?- El hombre obedecía porque estaba apasionado -nunca la pasión duró más de 4 semanas- El hombre hacía caso y le daba la razón -sus padres decidieron que le diagnostiquen con esquizofrenia- -ninguna mujer podía embarazarse de él, ante La Ley era como un niño- Una tarde se cansó de darle la razón y se marchó -leyó alguna vez sobre la leyenda del hilo rojo- -tiempo después, cuando pensó en ello , pensó en toda sus mujeres- -era solo una leyenda para los que no conocen el amor- ¿Qué era primero: