Julio Mauricio Pacheco Polanco (EL VARÓN QUE RECUPERÓ SU FELICIDAD)

Por aquellos años, cuando me cansaba de leer en las Bibliotecas Solía ir a sentarme a las gradas del parque San Francisco Para tratar de aliviar la soledad con un cigarro. Para ser preciso, eran los noventas y no tenía amigas A mis 23 años era un total inexperto en el amor Alguien que aún podía perder la cabeza por una mujer, es decir, sentir celos O creer que las relaciones de pareja deberían ser para siempre. Las muchachas eran eso misterioso para mí que con el tiempo Décadas después se convertirían en materia de mis escritos, con mucha sabiduría, Pero en esos años, cuando buscaba el amor Sentía el peso de una gran maldición Sin afectos ni cariños Sin saber cómo son los orgasmos de las muchachas Sin saber qué se siente cuando como ahora Meto mi miembro viril en todas las muchachas que son mías Y paso de largo para esperar a la siguiente Diría más bien que esos años echados para la nostalgia Me hicieron entender que el instinto de superv

Al salir de mi apartamento prendí un cigarro mentolado En realidad no sabía con qué muchacha ahora haría el amor La tarde anterior lo había hecho con una   mulata más alta que yo Quien me reclamó el por qué duraba tanto en la cama La elegí por tener los senos grandes Y un buen trasero: su rostro era un rostro a verlo en sus orgasmos Eso me excitó más No el que fuera seca, o no estuviera anhelosa de hacer el amor conmigo Era una mujer a dominar en la cama Como al echarla boca abajo y penetrarla para ver cómo entraba y salía de ella Ese derrier era perfecto Su piel era amarilla, pero su cabello era propio del de las africanas Satisfecho por haberla hecha mía en una hora Decidí no darle la leche, no la merecía No se había portado bien en la cama Tuve la impresión de estar haciendo el amor con una pareja No con una trabajadora sexual, Es decir, con reproches, reclamos y mala gana Volveré mañana por ti, Pero no lo hice, Al día siguiente

Era el 2013 y bien dicen Hazte fama y échate a la cama Que por esos entonces, mi fama de Padrillo era muy fuerte ya Por satisfacer a una ninfómana que parecía no tener remedio A la cual le hacía el amor entre 9 a 11 veces al día Hubo que una noche salí a buscar a un profesor del colegio Y al dar con la casa que alquilaba , una señora de las que ya no hay en Mollendo Si es que a Mollendo se le reconoce como las Europas del Pacífico Por haber sido tierra de inmigrantes europeos Al salir al toque del timbre Me observara y preguntara ¿Usted es el hijo del Profesor Pacheco? Sí, le contesté sin prestarle importancia Porque en el balneario todos nos conocemos Salvo yo que en mi adolescencia paraba en casa dibujando y Solo salía para jugar pelota o dirigir mi programa radial Que, esta señora de cabello muy cano Y piel muy nacarada me volviera a preguntar ¿Usted es Mauricio Pacheco, el Escritor? Sí, volví a contestar Para que de inmediato, sin d