EL MUCHACHO QUE FUMABA CIGARROS Y QUERÍA AMAR






Por aquellos años, cuando me cansaba de leer en las Bibliotecas
Solía ir a sentarme a las gradas del parque San Francisco
Para tratar de aliviar la soledad con un cigarro.
Para ser preciso, eran los noventas y no tenía amigas
A mis 23 años era un total inexperto en el amor
Alguien que aún podía perder la cabeza por una mujer, es decir, sentir celos
O creer que las relaciones de pareja deberían ser para siempre.
Las muchachas eran eso misterioso para mí que con el tiempo
Décadas después se convertirían en materia de mis escritos, con mucha sabiduría,
Pero en esos años, cuando buscaba el amor
Sentía el peso de una gran maldición
Sin afectos ni cariños
Sin saber cómo son los orgasmos de las muchachas
Sin saber qué se siente cuando como ahora
Meto mi miembro viril en todas las muchachas que son mías
Y paso de largo para esperar a la siguiente
Diría más bien que esos años echados para la nostalgia
Me hicieron entender que el instinto de supervivencia es más fuerte
Porque ahora a mis casi 48 años
Mi vida sexual es muy satisfactoria
Y me es indiferente pedir afecto o cariño alguno.
La verdad es que terminé por convertirme en un tipo frío
Alguien que como todos
Fue destinado para el amor
Y terminó en convertirse en un fornicador compulsivo
Que sin piedad alguna hace suyas a todas las mujeres
Sin querer retenerlas ni amarlas para toda la vida.
No sé, quizá mis lectores no me entiendan
O quizá me feliciten por mi resistencia
Pero fueron largos años sin placer
Sin tener muchacha con quien conversar
Hasta convertirme en lo que ahora soy
Un hombre que hace el amor a veinteañeras
De las cuales nada quiere saber
A las cuales posee mientras les hace el amor
Y repara solo en si son bien bonitas
Porque para ser honesto, no las recuerdo
Pero sí me queda esta certeza
Les hago el amor a las más lindas.
Esa distancia hay ahora entre el muchacho que se sentaba
En las gradas del parque San Francisco
Fumando un cigarro
Y el que ahora escribe, sobre lo que siempre quiso escribir
Sobre las mujeres.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
Todos los Derechos Reservados para
Julio Mauricio Pacheco Polanco

Comentarios

Entradas populares de este blog

MANUAL PARA NO DESPERDICIAR LAS NOCHES

EL POEMA QUE HONRÓ AL MUNDO

EL CORAZÓN QUE VOLVIÓ A SU DUEÑO