OTRAS COSAS QUE NO SABES DEL SEXO
El olor a sexo es muy fuerte, se esparce por el aire como polvo en fracciones de segundo. Puede apoderarse de las calles, entrar por la ventana abierta de tu habitación, es difícil quitarse el olor a sexo a no ser que salgas de un sauna y el olor a eucalipto sea otra forma más discreta de disimular a la amante. Pero sobre ello no es precisamente sobre lo que he de escribir ahora, sino del cómo sé reconocer a los sementales, los lujuriosos, los que tienen excesivo sexo y los enterados nos vemos en ellos. Porque no es leyenda eso que el amor o el sexo te consume. He visto a tantos varones que pasaron de los 100 kilos para una talla alta, ser irreconocibles ante mis ojos si es que acaso el aplomo y seguridad los conlleve por el mundo sin ningún miedo, a pesar de ser extremadamente delgados y sonrientes, si acaso la delgadez y la sonrisa vayan de la mano de los lujuriosos felices, los que tienen un rostro extraño para muchos, esos rostros donde la diferencia se hace notable...