LA LEYENDA NEGRA DE LOS LIBROS
Toda la vida de esa manera, dentro de la fábrica, haciendo la misma labor, para siempre. 8 horas de turnos rotativos donde lo único que mirase fueran máquinas a las cuales debía hacer andar. No tengo nada en contra del trabajo en las fábricas, pero arrastro otros recuerdos de cuando tenía 21 años y quise quedarme en ellas, pero no me dejaron. No hay espacio para nadie dentro de un mundo en el que el espacio que ocupan los demás, es el espacio que quitaron a muchos. Es el todos contra todos, el: no tengas iniciativas, sino, romperás mi esquema, el molde desde el cual mi sistema funciona bien. ¿No nos habían enseñado a dar respuestas?, cómo entonces podíamos darlas si de arranque nos silenciaban a todos. No soy ningún tipo de anarquista, pero cuando vi que un hombre de 30 años vejaba a un anciano de 60, comprendí cuánto le costaba ganarse el poco dinero que ganaba en las fábricas. Eso de hostilizar en los trabajos fue algo que siempre encontré en todas partes, parecía ya una tradic...