LA VESANIA DE LOS SABIOS



Naturalmente la muchacha no tendría por qué saber qué es el amor.
Dicen los hombres de ojos cansados que vanamente se ha escrito tanto sobre nada,
Que el amor es algo que se aprende de a dos para perder,
Que se impone siempre el orgullo, la vanidad y la venganza,
Que la lujuria lo resume todo en las emociones,
Que es imperdonable el rechazo e inaguantable la ausencia
Porque el mundo son muchos ojos que están atentos
Para llenarse de bocas rientes ante los que fracasan.
Por ello, no te pierdas muchacha en la noche de las soberbias
Y otras tentaciones, más allá, cercanamente están los cabellos canos
Los rostros marchitos que alguna vez fueron primavera,
Y hasta ahora se preguntan: ¿qué fue el amor?, ¿dónde fue, dónde estuvo?
¿En una carta?, ¿en una promesa?, ¿en una canción?
Naturalmente el Poeta no tenía por qué ser un sabio en esto,
Apenas tenía palabras que al ser pronunciadas en nada se entendían,
Así llegamos todos al amor, entre palabras que eran vesanias
Un lenguaje que tuvo que ser cambiado a fuerza de experiencias
Donde las definiciones se lo llevaron todo, para saber de la soledad
De días inútiles extraños a la rutina de los normales
Los que a lo mucho se hicieron tres o cuatro preguntas
Y luego empezaron a hacer dinero, porque ese es el lenguaje del mundo
Preferible a los delirios de la filosofía, los extravíos de los soñadores,
Los que escribieron de otra forma al mundo
Donde la fantasía fuese la explicación, a lo que el hombre no pudo resolver.
¡Oh, el genio que en su habitación no desmaya en escribir!,
Pretende saber muchas cosas mientras sus ojos contemplan el sueño.
Naturalmente nadie tendría que saber qué es el amor,
La sabiduría se resume en un lecho de dos cuerpos que se llenan de lascivia
Y esto lo cura todo, hasta a la Poesía.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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