Julio Mauricio Pacheco Polanco (EL VARÓN QUE RECUPERÓ SU FELICIDAD)

Espera, parece que no entiendes nada de lo que escribo, ¿le he roto el corazón a alguien?, ¿has leído algo escrito de ello por mí?, porque es cierto, todo el tiempo hablo de sexo, mujeres y orgasmos, de cambiar de muchacha una y otra vez, pero no has reparado en algo, no escribo que las amo ni mucho menos que me amen. En ningún momento he hablado de entregar el corazón y de hacer promesas o votos de matrimonio, tampoco he hablado de ilusiones donde yo pretenda quedarme con una sola o que esté jugando con ellas, haciéndome el bacancito que va por ahí rompiendo corazones. No, si te fijas bien, no hablo de hacer el amor con muchachas decentes, no ando por allí escribiendo que me tire a esta o a la otra, porque si pones más atención a mis escritos, ni siquiera pongo nombres de las muchachas que a su vez, nunca me dan a conocer su nombre verdadero, cosa que ignoraré siempre y que no quiero saber. Pago por hacer el amor y en esto hay una especie de contrato, es decir, ambas parte

La vi con tristeza, era una mujer muy hermosa, muy sumisa en la cama Había tenido buenas sesiones de sexo con ella muchas veces Sé que lo iba a entender, era el verla por última vez Desnuda sobre mi cama, con su piel muy blanca, su cabello desordenado por la fuerza de mis manos Su rostro complacido mientras escuchábamos a Roberto Carlos y Cóncavo y Convexo Ocurría de nuevo, no la volvería a llamar, dentro de todas mis certezas sabía bien eso Y así explico una vez más por qué no me gusta hacer el amor muchas veces con la misma mujer -¿Pasa algo Mauricio?, me preguntaba mientras tomaba algo de café frío para la sed- Me recosté a su lado mientras encendía un tabaco mentolado Nunca les he preguntado a mis mujeres si les gustó cómo les hice el amor Siempre he pensado que ese tipo de preguntas las hacen los tontos o carentes de vida o mundo Con sentir su orgasmos sabía que ellas fueron felices, que siempre acababan antes de mí No solo por reírnos cuando le

La mujer no sabe que nos cansamos de ella después de unos 500 polvos bien dados Cree que ella es el secreto del amor Que cuando le pago a una mujer para hacer el amor No me percato de sus orgasmos Y he escrito sobre todos los orgasmos que puede tener una mujer Y no sé si ella haya alcanzado alguna vez uno O sepa que la atracción se acaba en una relación de pareja O que su amante la deje por otra más joven en su momento. De la convivencia puedo decir que no quiero saber nada más con ésta Que no compro amor o me falte dinero para pagar por sexo Que me relaciono con muchachas multiorgásmicas que quieren hombres muy viriles Que no les agradan los impotentes ni mucho menos los que se enamoran de ellas. ¡Ah, me han hecho recordar mis años mozos cuando en la universidad era un símbolo sexual! Me decían Maurisex por mi gusto desmedido de las muchachas Hablo de las muy femeninas Las que siente placer, no las anorgásmicas Y así, entre unas y otras,

Sucede que donde nací, se mezclaron todas las razas Y veo en consecuencia a las mujeres más hermosas del planeta Y en esto no puedo mentir si opinan diferente mis lectores Porque radico en una ciudad cosmopolita Que es visitada por muchos extranjeros Y así, después de haber conocido mujeres de diferentes continentes He podido comparar la belleza entre unas y otras Y me he quedado con las de mi tierra No sé si por el color de su piel Su manera educada de ser Sus palabras que son mis palabras O lo ardientes que son cuando aman Que si bien hay las de ojos claros O las de vagina oscura o piel bronceada Esas tallas en variedad, donde se puede ver lo de indias y europeas Hace que enloquezca mi visión Cada vez que salgo de casa y me enamoro De esquina en esquina, contemplando las mujeres de esta parte del mundo Para decirme que estoy en otro estadio de vida Si es que muchas veces he llegado a creer que he pasado a mejor vida Y en el Paraíso

El sol es agradable como la vida misma Me sirvo una taza con café y prendo un cigarro mentolado Para sentarme a escribir mientras pienso en el sexo que tendré Se preguntarán mis lectores por qué prefiero a las trabajadoras sexuales Será porque no me han hecho de su propiedad Porque hoy puedo estar con una y mañana con otra Y en nada se parece esto a una relación de pareja Porque bien, me queda tiempo para leer, escribir y, estar solo Sin ser molestado por nadie, con el silencio y soledad que se requiere Para dedicarse a este oficio donde dejamos nuestro aprendizaje a los lectores Pero si soy más agudo, creo que me excito más con ellas Porque son mujeres que nunca se enamoran Que en los lechos parecen entregarlo todo Y luego de haberse acabado la pasión Donde se hizo el amor como si se amara intensamente Como solo se hace el amor cuando se está enamorado Queda un sabor a nostalgia donde se sabe, se pasó un buen momento Y otra será la mujer q

No desesperes, no eres el único que quiere romper las paredes de su habitación con la verga Llegará el día en que el amor sea todo menos el deseo de estar con una sola mujer Si supieras esperar unas cuantas décadas hasta pasar los 41 años sabrías Que en la ciudad, hay muchas muchachas que no quieren aferrarse a nadie Que el sexo es algo tan común con unos cuantos billetes Que hay muchachas de 20 años que solo quieren disfrutar, viajeras que sienten placer No desesperes, no cedas a las desviaciones, eres hombre y tarde o temprano serás complacido No será una sola muchacha la que te haga feliz, por ello, no necesitas acosar a ninguna Deja de lado a las feministas que muestran los senos, ignóralas, ellas se quedarán solas Que hay muchas casas de citas donde las muchachas solo quieren sentirse amadas No persigas a ninguna por la calle, no mires a las adolescentes menores de edad No eres el único hombre que quiere romper la pared de su habitación con la ver