Julio Mauricio Pacheco Polanco (EL VARÓN QUE RECUPERÓ SU FELICIDAD)

No, nada, esos rostros impasibles tienen una respuesta Quizás una ciudad donde no pudieron pronunciar sus nombres Y dijeron lo primero que se les vino a su mente -o ese enfermo deseo de no querer llamarse así- Espera, vi a un hombre feliz cuando tuvo otra identidad ¿Tanto le hicieron odiarse a sí mismo? O tal vez quisieron negarse para seguir vivos Un rostro impasible puede ser estar ocultos de algo De todo, de la ciudad o las personas De ser invisible o no existir más A pesar que se quiere seguir vivo Y entonces surge un nuevo nombre Como los que vuelven a empezar Pero, qué hay detrás de un rostro inexpugnable Que los misterios son para los que aún no conocen Esos largos caminos donde todos hemos vivido lo mismo Mira que los ebrios cantan a esta hora canciones de amor Y les vale un carajo si se enamoran en este momento Mira que las muchachas están vulnerables y están dispuestas a todo Es lunes pero parece viernes Parece viernes de

Y la muchacha me dijo: ¡espera, no te pasa solo eso a ti! ¿Cómo? Que eso del amor no es algo compatible con nadie Somos errores de una locura donde el sexo pretende salvar relaciones Tú que eres el hombre sabio que habló del final de las atracciones ¿Has pensado cómo nos va a nosotros? Porque es inevitable ceder a la tentación de ser infiel Cruzadas todas las líneas, meditamos si vale la pena amar Pero después de haber hecho el amor, nos arrepentimos Después de unos buenos orgasmos Nuestra piel quiere otra vez saber de la libertad De las noches de bohemia y risas locas Donde nadie controla a nadie Donde no se pide permiso para ver a otra persona Donde los celos no joden tanto la vida ¿Crees que eres el único que decree del amor y se va de putas? ¿Olvidas que te pagan a veces por hacerles el amor a mujeres? ¿No has pensado que quizás ellas solo quieren placer y no amor? Cuando pasó el tiempo del amor Queda una soledad donde te quedas con

Sí, sé que cuesta volver a confiar Que llegado el momento no te has dado cuenta Y terminas entregándote Y entonces el piso por el que te desplazas es fácil de quebrarse Porque estás diciendo de nuevo: te amo, te amo, te amo Y no sabes cuán peligroso es decirlo El poder que otorgan estas palabras Lo expuesto que se está cuando la tentación está allí Para destruirte en menos de un segundo Cuando tus murallas han sido derribadas Y roto el piso, solo queda una caída que no quieres volver a repetir Y no es que la experiencia sirva para 6 o 7 libros más ¿Quién carajos quiere escribir sobre vivencias que no merecen nada? Hay una larga procesión que va por todas las ciudades del mundo Porque esto nos pasa a todos Y cuando el amor vuelve a llamarnos Preferimos apartarnos sin esperar nada Es más fácil hacer el amor sin amor Tener sexo con muchas muchachas así después no haya diálogo Nadie en su sano juicio querría decir: te necesito en mi vida