Julio Mauricio Pacheco Polanco (EL VARÓN QUE RECUPERÓ SU FELICIDAD)

El hombre que lo había pensado todo Y que llevaba décadas en la postura de Buda Me dijo claramente cuando me vio dudar: “De aquí no saldrás hasta que aceptes que estás loco”. No me hablen de alucinógenos o drogas legales O de lo que se siente estar demente, Tampoco pregunten qué hay en nuestra mente Si es que uno está vivo, en estado vegetal. No me pregunten qué debía recordar Cuando no reconocía las calles de siempre O por qué tanta gente me daba la mano. Hay sin duda experiencias donde el límite es superado Como el estar catatónico en medio de la ciudad Y al no contar con el dominio en la mirada Otras cosas pensamos más allá de la justicia o Dios. El hombre que lo había pensado todo Tendría unos 50 años Y sin embargo seguía allí Sin buscar más nada En la dimensión de los iluminados Viajando sin que nadie sepa hacia dónde En el universo de los pensamientos Porque él lo había pensado todo E impasible e imperturbable No parec

¡Oh, silencio! Escucho vivamente mis pensamientos Y de estos nada temo Como las voces que tienen memoria Y encierras secretos que aterran al común hombre. ¡Oh, silencio! En plena calle soy soberano y pienso ¿Quién se escucha sin culpa alguna Y en estado extasiado agradece? ¡Oh, silencio, donde las imágenes lo son todo! ¿No he visto rostros desconocidos Y parajes que bien podrían ser vírgenes? ¡Oh, silencio y morada para los más fuertes! Llegada la medianoche Apenas la Luna me recuerda el miedo Mientras compongo una nueva melodía Sin perturbarme ante lo desconocido. De experiencias fascinadoras está hecho el hombre que ve al cielo De sensaciones inefables es el amor y las pasiones Qué voces atropellan mi mente Para escribir sin temor al desquicio o locura, ¡Qué mortal después del exorcismo retorna lúcido Con saberes donde nada tiene que ver el tiempo! Y así, cuando otros corren despavoridos y espantados Hay alguien que escr

Y no lo he dicho todo solo para que no enloquezcas Te has quedado en vilo al ver cómo mis palabras se han detenido Y no te he hablado de mis pactos ni de mis juramentos Del momento cuando conocí a Dios O cuando los pensamientos que me llenan me libraron de la condena de todos. No te he hablado de lo que mis ojos descubrieron frente al mar De lo que pensé cuando conocí el amor en una bella muchacha que no fue mía Y del rayo fulminante que me atraviesa cada vez que rozas mi piel. Y no te he descrito dónde acaba el mundo Ni muchos menos el porqué de las oraciones y sus significados. Al parecer quieres escuchar las melodías propias de mis silencios O lo que me obsesiona cuando me siento a escribir, Porque no te confesé del último pecado que tuve y que nadie sabrá Hay, muchacha mía, errores donde nos decidimos del todo y no damos marcha atrás. No te hablé aún de las pesadillas que no soportarías Ni de los arrepentimientos cuando llegué a la or