EL TESTIMONIO DEL ESCRITOR
Nadie tiene derecho a decirte que el mundo no vale la pena, nadie tiene derecho a decirte que solo los necios son felices, nadie tiene derecho a convencerte que Dios no existe y, nadie tiene derecho, desde sus escritos, por más referentes que sean, que la vida carece de propósito o que el ser humano no tiene derecho a hacer realidad sus sueños, practicando El Bien.