Julio Mauricio Pacheco Polanco (EL VARÓN QUE RECUPERÓ SU FELICIDAD)

  Que yo sepa, a nadie amenazaron de muerte por un poema Al menos de todos los autores que he leído Que deben ser más de 1,000 No sé de alguno que haya sembrado tanta envidia por un solo poema Para ser amenazado de muerte. ¿Puede tanto desquiciar a quien no puede escribir lo que yo sí puedo escribir? Mis cantares quizá sean más que simples poemas Mis versos tal vez remuevan heridas en seres totalmente perdidos ¡Oh, esos fanatismos donde no se soporta un poema más mío! Porque en todas las ciudades siempre habrá un Poeta Vital Alguien que señale el camino sin temor alguno ¿No me honra que me amenacen de muerte por un Poema? Apunta mi dedo señero donde otros no han pisado jamás camino alguno Hace tanto tiempo dejé de escribir para los perdidos Hace ya tanto tiempo que solo estoy escribiendo para los más fuertes ¿Las amenazas podrán callar al Poeta que Canta Feliz? Sentado frente a mi ordenador pruebo de mi jarra de 3 litros con agua Y pienso e

La leyenda habló de Dragones y Quimeras Hablaba de un lugar donde el mundo acababa Y nadie estaba dispuesto a ir más allá La leyenda decía que todos morían Que eran devorados por horribles monstruos Donde los abismos de sobrevivientes relataban espantosas muertes. La Libertad Hombres decididos a todo jamás temieron y fueron más allá Donde el mar era virgen como menarcas hijas de  Dioses El horizonte que era temido por todos fue conocido a media noche Cantada la voz que señaló la tierra firme El mundo cambio, su historia Y dicen, los hombres de buena fe La esperanza renació en medio de todos nuestros incontables errores Y no hubo más abismos ante el ojo del Hombre Ni quimeras ni dragones ni muertes aseguradas, Lo que fue planicie se volvió en esfera Y lo que fue Ley, se volvió leyenda, ¿Qué hombres fueron esos que jamás temblaron ante la muerte testimoniada por otros? Dado el firme paso la tierra fue bendecida ¡Qué sé yo de las vilez