Julio Mauricio Pacheco Polanco (EL VARÓN QUE RECUPERÓ SU FELICIDAD)

No sé pensarlo mucho -no he nacido para la seducción- -no todos estamos en el mismo proceso de aprendizaje- Tan simple es obviar las historias para amarse -los preservativos a la mano me dicen que te estoy esperando desde hace segundos- ¿Alguien sabe de otro camino para salir de aquí? -entre las noticias del diario y las guerras mundiales he preferido tener sexo- -yo sé que no ayuda mucho esto para el mundo- -creo que nadie querría ir más lejos- -el hombre de la última bandera solo convive con soldados y, eso es aburrido- No todos los días sé decir: Te Quiero -en la calle que da a ese café donde va poca gente está mi mejor historia- -¿no fue hace mucho tiempo de eso?- Apago el televisor, doblo el diario y lo boto al tacho Entro a mi baño para ducharme con agua caliente -podría quedarme así para siempre- -¿quién escribió el libro imposible donde está el todo pero nada dice?- Alguien recorre caminos muy transitados y ha hallado algo incre

No se puede escribir cuando se ha tenido buen sexo. Ella me miraba con miedo, miedo a que no volviera no en horas o días o estaciones o años, me miraba como si temiera que fuera cierto que existen muchas vidas y, pude percatar que oraba para que nos volviéramos a encontrar en todas las vidas posibles que tuviéramos, reitero, si es que existieran. Descuida, no me gusta el sexo contranatura. La tenía debajo de mí y, era tal la violencia de la penetración y, tan intenso lo que ella sentía que me abrazaba con todas sus fuerzas, como queriendo detener el tiempo, la pasión, el deseo, el amor o lo que fuera. ¡Eres el mismo infierno! Y la verdad era que decía cosas coherentes, ardía a una temperatura donde el calor de mi piel la enloquecía. Tú no sientes el fuego de tu sexo dentro del mío, no eres capaz de entender que me estás matando con lo que me haces, nunca sé qué movimiento es el que sigue, solo sé que mi vida acaba de perder el control. No era la primera muchacha que me de

Ya vi los dos soles y las tres lunas Vi moverse los astros de su lugar Y vi a Dios bailar lleno de júbilo. He visto a un hombre morir sin conocer el amor de una mujer Y he visto a una mujer llorando luego de haber conocido a un hombre. He visto a mis manos cerrar un estupendo libro lleno de sabiduría por ser muy insoportable Y el atardecer que no conoces, fue mío no una sino, muchas veces. He visto cientos de veces los ojos enamorados de las muchachas estrellarse en mis pupilas Y he visto el clímax al cual nunca llevarás a la muchacha que quieres amar, Para variar, he visto un ideograma que no significa nada a pesar que los eruditos lo niegan El mar fue mío desde siempre, recuerda ello cada vez que lo visites La hora de los exorcismos la conozco por saber de las mejores brujas Con mis dedos he compuesto en el piano la melodía que transmite todo Y también he dibujado un universo propio que he creado que es solo para mis amantes. Ya vi a los án