CAPÍTULO XIV NOVELA: EL ÚTIMO RITUAL
No lo tomes a mal, pero las mujeres, Mauricio, te van a hacer renegar demasiado a tal manera que tus lectoras van a pensar que eres un misógino por antonomasia. Ella había salido de su casa y estaba desde la puerta en buzo, sin arreglarse, bueno, en realidad ella nunca se arreglaba y eso era lo que más me atraía en ella, porque sus ojos verdes, más allá de mi fascinación por los ojos verdes, si acaso mis ojos cambian de color con la luz del sol, me hacían sentir más cómodo a su lado. Es que perderme en esa mirada suya era todo lo que pedía en esos años. ¿No te importa que huela a cocina?, estuve cocinando. Al contrario, me encanta haberte encontrado con ese olor tan natural y femenino propio de las muchachas que han estado cocinando. ¿Te agrada la idea de que alguna vez nos casemos y huela así todo el tiempo, no? Espera, ¿qué has dicho? ¿Ves?, eres tal cual como lo he pensado y dicho hace un momento, las mujeres te van a hacer renegar todo el tiempo de nada, no creo q...