UN HOMBRE SOLTERO PARTE XI
Por supuesto era muy consciente de la influencia de mis escritos en personas perturbadas. A tiempo sabía bien de los lectores sensatos, aquellos quienes al leer mis libros, no se tomaban al pie de la letra cualquier interpretación, ¿misógina, sexista?, ¡cualquier otra cosa! Eran pocos esos lectores de mente susceptible a afectar a quienes podría confundir con mi Literatura. Normalmente los lectores compran libros muy eventualmente no como una vocación para contribuir a sus vidas rutinarias y hacerlas mejor sino, para saber cómo piensan los intelectuales sobre diversos temas y tenerlos como temas de conversación en sus reuniones, si el aporte fuera curioso y diferente, jamás como una pauta a seguir. Ello de inmediato me evocaba recuerdos de los muchachos estudiantes de letras despojados de su propio verbo, cuando empezaban a enunciar sus esbozos de discurso con los vocablos del autor leído y hasta con el pensamiento de ellos. Entiendo bien la necesidad de entendernos en el...