DE LOS SOLEMNES Y EL POETA
Hay algo inconfesable en el silencio de algunas personas. Siempre he escrito que estar desinformado es estar en desventaja, que hasta el más vil se hace el digno cuando se desconoce de su pasado, cuando nadie advierte con quien se está tratando cuando dos personas recién se conocen. Para finales del 2016 en Perú, resulta raro encontrar alguien honrado, alguien que no haya tranzado con el sistema. Ser honrado suena raro. Las personas se remontan hasta Diógenes cuando con una lámpara en pleno día buscaba en esa Grecia, al hombre virtuoso, así muchos se explican y excusan, no hay moral, nadie la aplica, qué cosa es eso, el mundo no marcha de esa manera, es lo que siempre he escuchado. Siempre me he preguntado por qué al entrar a los cafés para calar un tabaco y ordenar una taza con chocolate, los rostros de los adultos perdían su gracia, se volvían serios, un silencio incómodo se hacía notorio, las miradas terminaban por esquivarse sin rumbo detenido. El poeta había entrado al café...