CONÓCETE A TI MISMO



¡Oh, Mi Señor!, me hiciste aprender de la locura
Para ahora tener dominio sobre mi mente
Y entender recién lo que nos prometiste
Cuando hablaste del Libre Albedrío.
Quién si no yo puede testimoniar del desvarío
Esa vesania que ha destruido al mundo
Y en sereno reposo, calma das a mi alma
Cuando cierro mis ojos, y en mis sueños me entrego
Para saber del gozo del Paraíso que nos darás.
¡OH, mi Hacedor!, mi consciencia está en armonía
Con un universo perfecto donde la vida nos diste
Para apreciar de ésta el milagro de tu poder,
¿Cómo entonces no honrarte con mi palabra?
Si lo que para muchos es insoportable
Es mi regocijo cuando mis pensamientos se iluminan
Y estoy donde quiera estar, a solo voluntad
De quien se propone viajar en el tiempo,
A lo largo del infinito, sin hacer daño a nadie
Y saber de tus dones que nos has dado
Para ser fuerte y saludable, entregado a estos versos
Donde apenas puedo escribir lo que me inspira tu creación
¿No aspira todo hombre en el mundo ser dueño de su mente?
¿Quién fue el que clamó por un segundo de calma en lo incierto de la noche?
¿Qué gritos desgarradores cruzaron el mundo para estar en paz?
¡Oh, Nuestro Señor en su sabiduría a cada quien da una potestad!
A mí me enseñó las maravillas propias de la mente
Desde la vesania hasta la lucidez
Cuando desde mis pensamientos, otro mundo propongo
Para la certeza de los extraviados y perdidos,
De los que aún no conocen el consuelo y yerran en su mente.
¿Mayor bien puedo tener en su bendición?
He sido rescatado y en ello doy las gracias,
He orado y oído fui restituido en mi virtud
Y he sido protegido bajo su luz para crear y dar sosiego
Y ante esto, ¡mayor bien no hay, no, no hay!

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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