Julio Mauricio Pacheco Polanco (EL VARÓN QUE RECUPERÓ SU FELICIDAD)

Para tus primeros veranos del amor Cuando lo único que basta para ser feliz Son los besos de la muchacha con la cual aprenderás qué es sentir. Para tus primeras mañanas respirando la brisa del mar Entre canciones que empiezan a tener sentido Unas olas que dejaron de ser hermosas para dejar su lugar a las mujeres Bebidas heladas, platos frescos y piel embadurnada de arena bajo el sol, Para tus primeros veranos cuando ya no repitas leyendas oídas Sino seas la leyenda que empiece a relatar historias Entre primeras rasuradas y algunos cortes con la máquina de afeitar, La humedad entre dos cuerpos que se asfixian Si es mejor en la playa ante ojos perplejos y ajenos para tu biografía O en la hora donde la noche que tenía que llegar Hizo palpitar tu corazón por primera vez con más intensidad que cuando jugabas pelota Y supiste de los segundos que se alargan Un primer tabaco y la pena de sentirse en peligro De querer ser rescatado por otra muchach

Porque alguna vez el trovador trajo noticias alegres y no fue escuchado con detenimiento. Había en el pueblo fiesta y las celebraciones le parecían tristes a pesar de tanta risa, Esas canciones, se decía el trovador, ¿cómo pueden estar felices donde el amor no reina? Una muchacha muy hermosa le regaló amor y el amor fue para una nueva canción Mas de ella nunca más supo que bien dicen los poetas, así es el destino de los que escriben. Así el trovador tras la noche siguiente cantó lo que henchía en su corazón Pues pensó que era la mejor canción nunca antes cantada Y eso lo comentaron todos los pueblerinos, mas nadie le festejó Y el trovador a la muchacha no volvió a encontrar entre los presentes, Pensó que había que recorrer a voces entre todos preguntando por la inspiración Y solo desagrado halló en cada quien con quien quiso saber de ella, ¿Qué extraño pueblo es éste?, se dijo mientras desde un rincón no entendió la alegría de los presentes. Las c

-un adiós es el mejor de los recuerdos que te puedo regalar- ¿Quieres compartir a mi lado el infierno hasta la vejez? Te tengo en mi poder, pero te aseguro que no seremos felices Y no es que seamos tan distintos, todos generalmente somos distintos Ahora mi palabra es tu palabra y ya no te reconozco Sé que es duro ser libre, sobre todo cuando el mundo no parece tener final. -los odios destruyen lo que fue tan intenso y solo quedan sendas de maldición- Podría decir que no sé amar, pero cuando entiendas los días que no querremos Sabrás de los muchachos que jamás harán lo que tú nunca harías por ellos, Debes aprender a partir antes de quedarte al lado de quien amas hasta la muerte Nada tan egoísta como arrebatarlo todo y convertirte en mis sueños Observa mis pasos mientras caminamos, ya no eres tú, ahora eres yo, y eso no es amor. Cuando sepas las otras soledades donde no soportes mi presencia Cuando venza la estúpida idea de necesidad u costumbre