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Mostrando entradas de agosto 3, 2017

POEMA PARA LA VOZ QUE SE ADELANTÓ DEMASIADO

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He pensado otra vez en los momentos extremos Si acaso Freud tuvo razón cuando dijo que todo se trata de sexo, Considero que no, es más que sexo, el sexo se puede tener 10 veces al día Y no soluciona nada. ¿Entonces qué es un momento extremo? ¿La soledad? Los amigos pueden acudir si hay un banquete a disposición de todos, Mucha risa, mujeres y bebidas, No es entonces la soledad. No es que de bebé durmiera sin un muñeco al qué abrazar, No tengo recuerdos de haber tenido jamás un peluche Recuerdo más bien que dibujaba Que clavaba con martillos en maderos para construir casas Que en mis manos había libros, Entonces, pensé, ¿será el afecto? Creo que no, una muchacha de 16 años nunca me va a entender Una mujer de 45 años que no tenga mis lecturas Ni haya superado los rituales que he superado, Jamás me va a entender. ¿Qué son pues los momentos extremos? Quizá sea el saber que no tenemos quién nos entienda Cuando la palabra enunciada es mucho má

CUANDO EL HOMBRE SABIO HABLÓ DE LA ENFERMEDAD DE LA COMPETENCIA

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¡Oh, hombre que te haces llamar sabio! Te alejaste del mundo para ser dueño de tus pensamientos Y a eso le llamas libre determinación para estar en el mundo, ¿Has olvidado tus años de lucha cuando estabas dentro de éste? ¡Qué pronto tus recuerdos negaron tus fracasos dentro del mundo! ¡Ah, la paz desde estas montañas es afable e ideal para todos! Tus privilegios podrían ser explicados si acaso nos evadiste Para de manera egoísta salvarte y desde aquí, saber de la paz, Dime pues hombre que te haces llamar sabio Y que hallas regocijo en tus agradables contemplaciones, Tú que vives sin obligaciones y la incertidumbre del futuro ¿No es cierto que libre estás de preocupaciones? Debo decirte hombre que te haces llamar sabio Que cuando nos hablas de la libertad, todos nos preguntamos ¿Y nosotros cómo la aplicamos en nuestra realidad? ¡Qué pronto has olvidado que en las ciudades estamos todos contra todos! Dices que puedes prescindir del dinero y nuestras