POEMA PARA LA VOZ QUE SE ADELANTÓ DEMASIADO




He pensado otra vez en los momentos extremos
Si acaso Freud tuvo razón cuando dijo que todo se trata de sexo,
Considero que no, es más que sexo, el sexo se puede tener 10 veces al día
Y no soluciona nada.
¿Entonces qué es un momento extremo?
¿La soledad?
Los amigos pueden acudir si hay un banquete a disposición de todos,
Mucha risa, mujeres y bebidas,
No es entonces la soledad.
No es que de bebé durmiera sin un muñeco al qué abrazar,
No tengo recuerdos de haber tenido jamás un peluche
Recuerdo más bien que dibujaba
Que clavaba con martillos en maderos para construir casas
Que en mis manos había libros,
Entonces, pensé, ¿será el afecto?
Creo que no, una muchacha de 16 años nunca me va a entender
Una mujer de 45 años que no tenga mis lecturas
Ni haya superado los rituales que he superado,
Jamás me va a entender.
¿Qué son pues los momentos extremos?
Quizá sea el saber que no tenemos quién nos entienda
Cuando la palabra enunciada es mucho más profunda que un te quiero
Esa palabra que nadie la puede entender
Y hace que el silencio que le rodee a uno
Esté muy lejano de toda comprensión,
Ya lo he corroborado.
Es extraño, he dejado por vez primera mi Coca Cola de litro a la mitad en el café
Ya no hay autores que me puedan explicar
Estoy solo yo, y ésta, mi palabra.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco 

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