CURIOSIDAD



Y fue que el hombre propuso:
Quedémonos aquí,
Porque vio que el fuego era útil
Y recordó la tierra fértil
De cuando el Sol le enseñó las estaciones
Y las estrellas cuándo sea el arado.
Dijo la mujer: enséñame a cultivar,
Como está en escrituras sagradas escrito,
Y fue el fuego lo que coció a la carne,
Una casa a construir,
Canales de regadíos en muchos ensayos,
Los primeros frutos de la tierra
Y el cielo hermoso a quien agradecer.
El hombre antes había contemplado los caminos de sus divinidades,
Y en un año supo más desde un solo lugar
Bendijo al río que daba agua,
Pensó en otras formas de herramientas
Probó de la mano de su mujer de otras dietas
Y supo que el fuego era útil para más cosas.
Alguien tuvo que ponerle nombre a los sucesos
Y vio que la palabra servía
No solo para explicar los cultos
O para expresar pertenencia,
Así, esta mujer es mía, estos son mis hijos,
Ésta es mi propiedad, éste es mi cultivo.
Todo lo que debía ser explicado por ser imagen,
Necesitó de una palabra
Para cuando los dedos apuntando a la misma estrella,
Hablasen del mismo camino, la misma estrella, el mismo dios.
La vida debió ser muy simple para memorizar pocas cosas,
Hasta que el hombre supo mucho más
Y se dio cuenta que la memoria de lo oral no bastaba.
El fuego fue necesario entonces,
Fue necesario estar atento en la caza y dar con el hallazgo del fuego.
Fue de esto en el antes, así suponemos.
Desde entonces el hombre sigue observando
Siendo su dieta, carnes y hortalizas cocidas.
Alguien ha pensado desde entonces:
Si este hombre con esa dieta simple dejó las rutas errantes
Para quedarse en un solo lugar,
Qué deberé comer, para entender a Dios,
Porque a mí ya me conozco
Y sabio soy.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

Todos los Derechos Reservados para

Julio Mauricio Pacheco Polanco

Comentarios

Entradas populares de este blog

MANUAL PARA NO DESPERDICIAR LAS NOCHES

EL POEMA QUE HONRÓ AL MUNDO

EL CORAZÓN QUE VOLVIÓ A SU DUEÑO