CONFESIONES PERTINENTES



Nada de nuevo diré para el hombre vivido
Por el contrario, escandalizaré al inexperto
Al que no se conoce, al que de la mujer no ha probado
Lo que bien pueden llamar hipersexualidad en el varón
El descontrol, lo que en exceso es la testosterona
Si acaso aún el muchacho no ha llegado a la erección perenne
Al deseo constante, al desequilibrio en las facultades mentales
Si a más sexo, más descompensación padezca uno.
De ser posible, así se expliquen a los sementales
Desde el temperamento hasta la lascivia
Desde los consejos de las matronas para las muchachas a parir
Solo hijos varones
De este saber que no es axioma,
Es una experiencia inevitable para cada hombre
Donde somos totalmente opuestos a la mujer no en el apetito sexual
Sino en la actitud dominante
En el afán de poder en el sexo, sobre la mujer,
Lo que bien llamamos posesión.
Todos los aprendizajes terminan en esta salacidad,
Una erección que abarca el endurecimiento de todo el cuerpo
Una ofuscación de la razón
Un magnetismo destinado a la procreación,
Si así llega el que se hace hombre ante tal experiencia,
Que apartado yo, me remito a testimoniar
Lo que todo muchacho debe saber.
A más testosterona segregada, más feliz es el hombre
Y más dominante es en el sexo,
¡Dios le libre de las mujeres pérfidas que provoquen celos!
De las emociones violentas la Ley ha hablado bastante
Porque todo en el hombre se sexualiza
Desde sus cinco sentidos en totalidad
Si acaso el vigor rejuvenece en los pasos rápidos y seguros por el mundo
La dilatación de las pupilas
El desmedido apetito de querer hacer el amor sin refreno alguno.
¡Jesús no fue Profeta!
Su saber no nos reivindicó jamás.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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