LA RAZÓN DE SER
Es que Mauricio, vives en una
zona donde se puede dedicarse a escribir. He leído algunos de tus textos donde
mencionas recurrentemente el silencio que te acoge y que es propicio para tu
creación y, que inclusive es tan intenso que llegas a sentir a viva voz tus
pensamientos. Te diré que eso no les pasa a la mayoría de Escritores y que eso
lo sabes bien por haber vivido alguna vez en otro distrito donde no había esa
quietud que los que escribimos, necesitamos para la creación. Ah, silencio,
silencio. ¡Es maravilloso! Porque además, tu condición es privilegiada. Caminas
por las calles y sabes que la gente sabe que tú escribes y te dejan ser. Y no
solo ello, el apoyo familiar. ¿Sabes que muchos escritores no recibieron el
apoyo familiar que necesitaron?, pero no, presentas tus libros, y tus amigos más allegados y tus padres y
hermanos, están siempre presentes, felices con tu labor de escritor. Hasta
tienes herencia y una módica pensión que tu padre te dá para que puedas abocarte
a lo único que realmente sabes hacer, si acaso las personas quisiéramos tener
esa bendición. Te das el lujo de rechazar entrevistas de otros países que
quieren conocerte y sin hacer mucho aspaviento, todos los días escribes como lo
debe hacer un auténtico escritor. ¿Sabes que cuando te recuerdo, te visualizo
frente a tu ordenador, escribiendo infatigablemente? Y en ello no me equivoco o nos equivocamos los que te
conocemos. Nos has dejado la certidumbre que los sueños se pueden hacer
realidad, porque además jamás pensaste o a tiempo dejaste esa errada concepción
de creer que se debe vivir de la literatura, porque publicas de manera gratuita
tus escritos para todo aquel que quiera leerte, sin ningún ánimo de querer
lucrar con tu obra. Esa abnegación y altruismo es lo que hace falta en el mundo,
en este mundo donde la mayoría de personas quieren hacer dinero con lo que
considero yo también, el arte en este caso, no debe prestarse para hacerse
millonario o mucho menos perder lo que tú nunca has perdido, tu cualidad de
librepensador. Te basta un tabaco, unos cuantos tabacos y tu KR para poder
desarrollar tu temática. Está bien, sé que estás en contra de las drogas, el
alcohol y la corrupción, pero sabes bien que ello está en todo el mundo y que
los testimonios que has recogido, con el afán de entregar a las juventudes,
serias advertencias de estos males que laceran en todas partes, son nocivos
para la salud y para el desarrollo de la personalidad, sean parte de eso que
llamas: compromiso con el ser humano. Porque además haz hecho novela psicológica
y crees en eso que se llama: literatura de rescate. Pero ambos sabemos que los
jóvenes solo escarmientan cuando ya han cometido todos los errores posibles que
se deban cometer para tener eso que se llama: experiencia. ¡Ah, pero cuánta
alegría y satisfacción nos dá el verte enfrentar problemas tan extremos!, o los
que tuviste que enfrentar, sin que hayas sucumbido a los flagelos de las drogas
y otros vicios donde las personas se echan a perder, porque te hemos visto
sufrir, desde una soledad que creemos nadie habría podido soportar, enfrentado
contra rituales imposibles de ser resueltos por nosotros y, sin embargo,
mantienes tu fe intacta en la humanidad, a pesar de solo conocer la ciudad
desde donde escribes que viene a ser para ti, todo el mundo, más allá de la
información que puedas tener a tu alcance desde las redes sociales donde te
enteras cómo es el mundo. Bien o mal, has renunciado a vivir en España o
Francia, y mucho menos aprender otro idioma que no sea el español que utilizas
en tus escritos y como bien lo dices: quieres dominarlo, porque es tu lengua
madre, con la cual fuiste criado y educado, y con la cual piensas y vives. Sé
que tienes amigos políglotas con quienes aprendes mucho y, a través de ese
trato, promueves la amistad en tertulias intensas donde solo consumes agua con
limón, o aguas de soda. Estás tan enamorado de la ciudad desde donde eres
libre, como de tus mismos escritos. Dudo mucho que puedas escribir con total
libertad en otro lugar. Mollendo te descubrió Poeta, y Arequipa te llenó de
literatura, y así, aprovechas al máximo las redes sociales para compartir tus
escritos, como lo hacen miles de poetas y cuentistas, que hacen uso de ésta,
para dar a conocer sus obras. Formas parte de esa generación del Facebook, que
usa esta red social para promover el arte, desde tu forma de entenderlo, sin
querer lucrar o ser, lo que una vez dijiste: un mercenario de la literatura.
Porque abordas temas difíciles, temas que nos son comunes a todos, desde
cualquier latitud y, esclareces lo que muchos creen, solo les pasa a ellos,
hasta hacer de la literatura un refugio donde todos nos damos cuenta que no
estamos tan solos, que el sentir es generalizado y, que al leerte, comprendemos
mejor eso que es expresado como: el nuevo ser humano, y que es obsesión en tus
escritos e intentas esclarecerlo, como soporte emocional o ayuda, ante quienes
creen que la soledad no tiene remedio y es insalvable, porque has entregado
otra visión de ésta, otra manera de comprenderla, al hacernos entender que hay
alguien en este mundo que la disfruta y necesita, para ser feliz, porque es
desde la soledad donde tú necesitas escribir y, es desde ella, donde tu
personalidad se desarrolla, con tu manera de entender el tiempo, con tu aporte
ante el dolor y sentir humano, y con la devoción con la cual te sientas a
escribir diariamente, para recordarnos qué es la fe, la esperanza, o lo más
importante: la razón de ser.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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