LA SENTENCIA DE LOS LIBRES




Y estarás entre los que no querrían haber nacido
Y entre los que sonrían triunfantes en plena vida.
Qué es el juicio popular
Sino el dedo acusador de los que ni lo uno ni lo otro jamás sintieron.
¿Qué vacío es aquel que enloquece erradamente a algunas personas?
Cuando vi a los ojos a la Luna
-era en ese momento, y no lo sabía-
Cuando solo ante mí
Quería saber hasta dónde podía llegar.
Y estarás entre los que lloran a gritos
Y los que no cesan de reír agradecidos,
Es así con todos, no hay nadie que pueda decir que no.
Más bien no entiendo de pecadores
Ni de esas frases donde se dice: “que lance entonces la primera piedra…”
¡A esos hay que lapidarlos!
Nadie tiene derecho a corromper a los no tocados
Han conspirado tanto contra el hombre recto
Que en sus miasmas se complacen con las derrotas de los puros.
Y conocerás el terror
Y también serás honrado como invencible
Todo en su momento
Todo en su momento.
Yo que puedo testimoniar sobre esto y aquello,
Escribo para los felices, para los que fueron más fuertes.
Y si acaso esto fuera motivo de una soledad mayor,
Estimado y estimada lectora,
No desanimen nunca, que llegado el trance
No habrá tiempo para pensar en quien confiar,
En el mundo se debe aprender a estar solo,
Ésa es la sentencia de los libres.

Julio Mauricio Pacheco Polanco

Poeta

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