EL SER HUMANO NO FUE CREADO PARA SER LIBRE



 

El angustiado Jean-Paul Sartre, en su voluminoso libro de filosofía, El Ser y la Nada, afirmó que, el ser humano está condenado a ser libre, es decir, en cualquier circunstancia, siempre tendrá la opción de elegir o no elegir y, por tanto, es libre.

Bajo ese postulado, elige entonces no comer durante un mes y verás cómo mueres de hambre, por tanto, no existe tal libertad de la cual habló Sartre.

Desde que nacemos, no somos libres, sepa usted si sus padres lo sean, por deber obediencia a un partido político o a una empresa para la cual trabaja sin poder quejarse, porque depende del trabajo para darte de comer o para que él coma también.

A mis 27 años percaté que no pertenecía a nadie mientras veía que todos los de mi generación querían pertenecer a alguien para sentirse a buen recaudo, el amigo que me escuchó decir eso afirmó: “tu espíritu es más fuerte”, pero igual,  necesito de los alimentos, no hay ser humano que prescinda de éstos, como los niños que no pueden crecer solos como los animales, dependen de la protección de sus padres, si es que a sus 16 años quieran ser libres de éstos para recién poder hacer sus vidas, ignorando que estudian para obedecer a otros, dentro de organizaciones piramidales donde todos son obedientes. Cualquiera que salga de este orden, será víctima de la persecución por ideas en cualquier régimen u orden establecido.

Los que se hacen padres, no sólo obedecen para quienes trabajan, pierden su total libertad al convertirse en padres, las obligaciones hacen que vendan sus mejores años de vida a empresas, consorcios o transnacionales para poder subsistir; no hablo de lujos y comodidades, hablo de lo necesario para subsistir: casa, auto, salud, educación, dinero y, nadie te regala el dinero para que puedas hacer tu vida, si alguien te ofrece dinero, siempre querrá algo a cambio.

No puedes ser libre si tienes un recién nacido a quien deberás cuidar, proteger y velar porque crezca sano, fuerte si es que acaso, sabes, él tampoco será libre. Pero esto es algo consensuado, algo aceptado por todos en general.

Podríamos decir que es la norma, pero la comida nadie te la da todos los días y, nuestro organismo está diseñado para depender de los alimentos, por lo tanto, estamos hechos para depender de quienes nos den el alimento para poder estar vivos, sanos y fuertes. Es igual con los niños que cuando llegan a la universidad, estudian creyendo que al acabar la carrera profesional, serán libres, algo que no es real, porque en la universidad conocerán otra forma de esclavitud, donde se cierran filas entre grupos políticos, ideologías, dogmas y doctrinas.

No te dan opción.

Pero supongamos que has sobrevivido y logras encontrar trabajo, sabes que deberás llevar el amén a tu jefe más inmediato, quieras o no, porque detrás de ti, hay cientos esperando que te rindas y renuncies para ser ellos los siguientes esclavos.

Esa es la mentalidad de este sistema. Si alguien logra proponer algo mejor, tampoco seríamos libres. Existe algo llamado: hormonas, es decir, la carencia de voluntad del ser humano ante éstas. A los varones nos excitan las mujeres y, las mujeres menstrúan y, ovulan cuando están en los días fértiles de apareamiento y, ante ello, la naturaleza es más fuerte que la razón. A nosotros los varones nos dicen siempre: “piensa con la cabeza de arriba, no con la de abajo”, refiriéndose al glande de nuestro miembro viril. En el caso de las mujeres, hay algo llamado: reloj cronobiológico, es cuando su organismo se prepara inevitablemente para procrearse, sin que ninguna pueda escapar de esto, salvo sea si aborte o se haga la histerectomía y, en el caso de nosotros los varones, la vasectomía, pero aún así, las hormonas siguen dominando nuestros deseos o apetitos de la carne.

No podemos por ello afirmar que somos libres si somos esclavos de un cuerpo que pide sexo a cada momento según sea la edad que se tenga.

Porque en la edad madura, cuando percatas que la muerte no existe, sólo la vejez que es muy penosa, sabes que no eres libre por un acto de consciencia: no puedes matar a tus padres para poder recién ser libre, tus padres dependen de ti y si eres una persona sabia y abnegada, los cuidarás y los verás convertirse en patriarcas superlongevos. La mayoría se rinde y los sepulta sea por miedo a enfermedades que la mayoría de veces son pasajeras, o por cansancio.

El filósofo existencialista Jean-Paul Sartre pudo haber vivido la segunda gran guerra mundial y toda su catástrofe en Europa que volvió a la Edad de Piedra, escribiendo sus mejores obras en plena guerra, pero ignoró que con el estómago vacío no se puede hablar de libertad, era pues un intelectual de café a quien la guerra no le enseñó nada, como a todos los pensadores que tuvieron la protección de mecenas quienes les dieron un punto de apoyo para desarrollar un pensamiento sin carencias o necesidades.

Y para mí, esa es la razón del por qué el homo sapiens nunca está en paz y, por qué está en constante conflicto consigo mismo y con el resto de humanos; no somos autosuficientes, de allí la razón que no se atrevieron a escribir en sus memorias los grandes psicoanalistas y preclaros de la conducta humana.

¿Cómo puede el homo sapiens disfrutar de la paz y la tranquilidad si sabe que es esclavo, que no es libre bajo ninguna circunstancia?

Naturalmente eso genera una vesania donde se impone el más fuerte, por haberse dado cuenta de cómo es nuestra mentalidad y sentir humano.

Y así van 5,000 años de civilización humana hasta el presente, con guerras entre unos y otros a saber ahora, cuál es la razón del por qué se desprecia la vida, del por qué se apuesta por la muerte, en un mundo que no nos agrada, por ser esclavos.

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