CUANDO LE PREGUNTARON AL POETA, DÓNDE ESTÁ LA VIDA



Yo no he escrito para los que nada tienen que perder,
Ni tampoco para mortificar a mis lectores
Con historias infelices donde uno se deprima más.
En mis años mozos busqué los verdaderos libros
Y a los verdaderos maestros,
Pero solo hallé sabidurías erradas que insistieron en decirme
Que el ser humano está enfermo y,
Por supuesto, no estuve de acuerdo
A pesar de llevar tratamiento psiquiátrico.
Yo no he hecho poemas para hacer llorar a las muchachas
Ni para engañar con caminos que no he recorrido,
Tampoco he escrito para que sigan mis huellas,
Los caminos por donde vencí
Son las certezas dentro del panorama incierto
De donde partirán tus propios caminos
Que han de estar llenos de tu propia sabiduría.
Desde mis escritos, no he intentado imponer un pensamiento
Ni pretender ser la Ley que lo explique todo,
He escuchado aquí y allá
Como he visto también
Y he vivido como vivo, en lo que mi voluntad determine
Sin buscar la excusa que me redima o perdone.
Puede ser duro para algunos
Y puede ser eficaz para otros,
Cuando hablo de las diversas soledades en el mundo
O cuando testimonio sobre todas las libertades que conozca,
Sin embargo, en mi avanzar, me he negado a la derrota
Y a dejar finales patéticos donde la esperanza muere
Y triunfe el absurdo y el pesimismo.
De lo que pueda compartir sin que quiera llegar a ser el que enseña
He entendido así mi Literatura mientras he crecido y sigo creciendo,
No podría ser tan miserable de decirte que todo está perdido,
Que solo existen cuestionamientos,
Yo puedo afirmar sobre éstos que existen
Para que nuestra generación los responda,
Otra cosa es no estar de acuerdo en ello y discrepar
Entre los iconoclastas y los derrotistas,
Porque si el estar convencido es una enfermedad que niega la vida
Ante ello nada puedo hacer,
Porque cuando me preguntan dónde está  la vida
A pesar de poder señalarla
Entiendo que ésta debe ser sentida,
Para saber qué es la vida.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco



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