EL ANATEMA CONTRA EL ENEMIGO




La muchacha me dice si puedo entenderlo,
No es una pregunta
Es algo que quedará para siempre en ella.
Dice que el corazón es algo que existe
Y que ocupa todo el lugar del universo.
Yo he pensado en las tardes mortales,
En el odio y las lágrimas y más de un millón de veces
Mi nombre corriendo de boca en boca
Entre pueblos pequeños, y ciudades de viajeros.
Estos anatemas te pueden dejar en libertad
Mas no es razón de orgullo y complacencia.
He pensado en las noches donde no se quiere despertar,
En la impronta de vivencias en el cerebro,
Una calle, una fecha, la estrella que todos buscaron
Todo lo que significa algo cuando vuelve a preguntar
Si puedo entenderlo.
Cómo decirle que eso no es precisamente el destino,
Que nada puedo hacer cuando en brazos de otro hombre
Siempre hable de mí.
Tus ojos eran la noche cuando yo dormía
Y mi calor, la fuerza que enfrentaría todos los inviernos
Porque nunca pensaste en los otros días
Cuando mi mano fuera un recuerdo tocando a la tuya,
Una navaja a la cual te sujetarás por un buen tiempo
Tratando de saber por qué.
Me sentías como una pertenencia
19 años eran muy pocos años para aprender a vivir.
Una carta cuyas palabras no puedes comprender
Una multitud donde mi rostro se repite sin que yo esté
El despertar de un sueño que no merecí
El atroz trajinar de la vida cuando otro pudo ser
Y tuve que afrontar mis decisiones
Hasta la noche en que te sea clara la forma de la felicidad,
De las frases incompletas, de los recuerdos que hacen reír en plena borrachera,
Esas historias donde dos son mucho tiempo
Aún sin ya serlo, si es que preferí el anatema al enemigo
Cuando tus ojos brillaron al cruzar con los míos
Y ya sabía que esto lo aprenderías de otro
A quien pudiste llamar tan peor como yo
Si es que al nombrarme, algún día entiendas
Lo que yo he querido entender siempre
Cuando se trata del amor.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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