EL ESCRITOR QUE NO QUERÍA HACER POLÍTICA
Entiéndelo bien, en política no
hay profanos. Esos que se atribuyen la prerrogativa de líderes, están enterados
de todas las mafias que hay en cada rincón del país y lo menos que quieren es
perder los votos sean de grupos de poder, narcotraficantes, alcaldes y
presidentes regionales corruptos, quienes tienen ganado su grupo de gente,
porque les dan de comer, les permiten tener sus comodidades y hacer sus propias
vidas sin muchas complicaciones a consenso de los de cada región. ¿Cambiarlo
todo? Te callan en los medios de comunicación de inmediato, la política es un
acuerdo entre la corrupción y los que al momento de gobernar los harán más
millonarios, y darán prosperidad a aquellos que les dan trabajo. ¿De qué crees
que vive la gente? El sistema es así. La gente lava dinero a vista y paciencia
de la Ley y no pasa nada. Esos congresistas que fueron auspiciados para llegar
al Congreso de la República, solo son eximios oradores que manejan tantos
discursos sean posibles desde una retórica muy convincente con metidas de pata
que el pueblo olvida, porque cada quien ve en ellos una oportunidad de sacar su
tajada en la repartija. Dime entonces mi estimado amigo, si llegaran,
supongamos a mi despacho expedientes de 500 páginas para ser leídos y firmados
al momento, ¿deberé confiar en mi equipo de gente con el cual trabajo sin pecar
de cometer delitos que sé, podrían usarme para su beneficio? Te diré que son
expedientes tras expedientes en un solo día. Se trata de dinero bien o mal
habido, la mayoría de veces mal habidos entre intermediarios que quieren
abrirse más mercados y de los cuales quiera o no, por más mártir que quiera
ser, harán que termine por aceptar el dinero que me llevará a procesos
judiciales que durarán años hasta que prescriban si es que tengo suerte, a no
ser que me espere un buen tiempo en una cárcel dorada. Claro, el Escritor puede
ser un héroe ante la vista ingenua de los que creen en la palabra de los
paladines, pero la realidad es otra. Cuando se trata de poder y dinero, sea
cual fuera el cargo que uno tenga, uno no vale nada, solo es un soldado más que
debe firmar expedientes tras expedientes previo conversado donde una vez más,
reitero, se debe confiar en la buena fe de esos buitres que quieren más fortuna.
El poeta me miró extrañado, tomó
su agua con limón y sin azúcar, caló su tabaco sin querer aceptar lo que
acababa de oír mientras se acomodaba una y otra vez en el asiento, con uno de
mis recientes libros sobre la mesa del café donde estábamos conversando para
decir: ¡pero usted es Poeta!, usted no ha tranzado con la corrupción, si usted
no se enfrenta contra todo lo que acaba de decir, quién lo hará.
Nadie, nadie quiere cambiar este
sistema. La gente quiere alcohol y drogas, la gente cree que ser rebelde es
hacer lo que se les venga en gana, la gente descree en la política como usted
cándidamente la ve. Dales una mujer con quienes tengan sexo, un trabajo donde
se adapten a las humillaciones de los jefes pero que aún así esto les permite
tener un hogar, una familia y estar dentro de los que viven de estas mafias,
sin ningún ánimo de cambiar nada de lo establecido y estarán conformes, y esto
lo saben bien todos los escritores, desde los que han ganado el Nobel hasta los
que quieren entrar en el gran mercado editorial sin querer complicarse la vida
en asumir el complejo mesiánico de querer salvar al mundo, ¡eso es una gran
estafa que ni ellos mismos se la creen!, yo le llamaría estar viendo las cosas
fuera de foco, ser unos desubicados y estar condenados al fracaso en la
política. Me recuerdas a un Nobel que borracho concede junto con un novelista
una entrevista, hace muchas décadas atrás, luego de haber estado bebiendo 4
días sin parar, cómo chachareaban sobre cosas que ya no creían y despedían
maleducadamente a los periodistas, porque lo menos que querían era salvar el
mundo, solo querían seguir bebiendo y hablar de lo que no se habla en los
medios de comunicación y que los grupos de poder sí comentan y todos saben,
pero nadie denuncia. Me dirás que la democracia no funciona, que solo se remite
a votar aquí en Perú cada 5 años y que eso es todo, que la Constitución de
nuestro país es interpretada a mil maneras y que todos quieren sacar ventaja
como sea de lo que ese pueblo que no protesta no reclama, los hará impune por
una razón, estimado Poeta, con la cual te diré qué es el sistema en el cual
convivimos todos: llevar una vida sin complicaciones, obedecer, recibir dinero
sin importar cómo vino o entró al Estado y dedicarse a cumplir funciones donde
todos solo callan, pero ojo, por conveniencia, porque jamás se enfrentarán
contra la mano que les da de comer. ¿Política yo?, permíteme decirte ante tu
propuesta que no creo sea tan honesta, puedes irte a la mierda, porque al
sistema, nadie lo cambia, y disculpa mi franqueza, pero estoy enterado y yo no
pienso joderme por ti para manchar mi honestidad, mi cualidad de estar en
contra de la corrupción.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
Todos los Derechos Reservados
para
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Comentarios