EL GRITO



Es que todo está putamente jodido, ser indiferentes es lo peor que le pueda pasar al ser humano. Ser hombre es alzar la voz, encarar lo que está mal, sin miedos, sin ninguna duda. Rebélate contra lo que está mal, es tu deber. Nunca permitas que te humillen por nada. Lucha por tu libertad hasta las últimas consecuencias. Nadie tiene derecho a arrancarte tus sueños, nadie tiene derecho a callarte. El mundo puede ser distinto, puede ser otro si los verdaderos guías aparecen en tu vida y te saben aconsejar de lo que es correcto, de lo que es el practicar el bien. Hay demasiada maldad y corrupción en el mundo como para ignorar que todos nos necesitamos entre todos. Las injusticias se ven diariamente. Nunca cedas ante las intenciones malas. Y si estás solo, totalmente solo, sé más fuerte, más fuerte que todo lo que está a tu alrededor. Patalea, grita, vocifera con toda tu furia, abrázate con más fuerza a tus ideales, grítalo en plena calle, que todos te escuchen, si es posible protesta desnudo en plenas plazas, pero nunca dejes que te roben tu vida. Busca la manera correcta para acercarte a lo que te has propuesto, y no te olvides de los que realmente necesiten de tu ayuda. Despierta en el corazón de los demás lo que ha muerto hace tiempo en base a decepciones o engaños. Lo que sientes ahora, lo siente todo el mundo, esa vieja cólera donde nuestros derechos se ven avasallados constantemente y el ser humano es ninguneado. Nunca bajes los brazos, no permitas que el día acabe sin que hayas persistido en lo que crees es justo y no vulnera en sus derechos a los humildes, a los que siendo héroes auténticos, bregan, insisten, no se rinden. La vida es algo tan breve, algo tan efímero. No sabemos con certeza si Dios existe, no sabemos de qué lado está La Ley o la Justicia, solo encontramos soledad en el mundo, y la vida es un aliento que se va demasiado rápido, por ello, lee sobre derecho, infórmate cómo defenderte, trata de hacerte amigo de personas buenas que sepan orientarte cuando más solo te encuentres, no discutas con quienes están corrompidos, hazte amigo de los que luchan en tu lucha, de los que han recorrido caminos similares y detestan la maldad y aún añoran un mundo mejor. Y si solo silencio encuentras en tu camino, y si no hay nadie con quien compartir las penas, y si has sido traicionado por todos, y si tienes muchas razones para creer que todo está perdido, ¡pelea con más rigor, con más fuerza! El mundo no tiene derecho a cambiarte, a hacerte vil como los demás. Sé más fuerte en ese momento, sé más íntegro y enfréntate contra todo una vez más. No. No estás peleado contra el mundo. Es el mundo el que está mal. Si crees en el honor, si crees en la dignidad, si quieres saber qué es la Libertad, si apuestas por la verdad, si sientes que todos somos iguales, si dentro de ti sientes que todos debemos ser fraternos, si observas que el mundo necesita un cambio, que tus brazos cansados y tus pasos que ya no son veloces, no se han visto mellados por lo que hay en tu corazón, entonces, ¡sigue, insiste! De nada vale la riqueza o los lujos, si todo ha sido conseguido en base a estafas, robos o fraudes. Escucha una vez más tu voz interior, y recuerda, recuerda siempre, no elegimos lo que vivimos, no elegimos nuestras luchas, pero estamos dentro de ellas, quieras o no, así es el mundo, está en ti ser parte de lo que destruye a las personas y al mundo, o elevarte, alzarte, una y otra vez, desde donde sea, no solo para pedir justicia, sino para no desistir de tus legítimos derechos a ser feliz, a tener una vida propia, a no ser maltratado. Tienes derecho a ser amado, a ser respetado, a ser querido, a tener una familia, a que tus hijos sean respetados, cuidados, queridos, a que no les hagan daño, a que entre todos sean tratados como hermanos. Por ello, sé feroz. La vida es un aliento tan breve, no se trata del miedo, llegado el momento perdemos el miedo, se trata del derecho a vivir, a entender que el compromiso es de todos, que la lucha por un mundo mejor no es de unos cuantos. Por eso, si sientes que tienes muchas razones para creer que debes rendirte, recuérdate en tus años mozos cuando eras brioso e invencible, así es tu corazón, así son tus manos y así deben ser tus pensamientos siempre. Aleja de ti las vanidades y lo corrupto. Aleja de ti la codicia y la angurria, más vale el amor de los que te quieren, que el sucio dinero. Y por sobre todas las cosas, cuando te quiebres, ten por seguro siempre que el ser que hay dentro de ti, reaccionará y no desistirá. No hay otra manera para vivir para los que nacieron en medio de territorios donde la lucha existió desde siempre. Y lee, pero no novelitas ni poemas, lee sobre los Derechos Humanos, Los Derechos de la Persona, lee sobre todo aquello que te sea útil para defenderte dentro del mundo. La poesía puede ser buena si te ayuda a defenderte de los que quieran callarte. Y sigue firme, así sea desde la soledad, el mundo está lleno de millones de personas solas, esperando siempre algo cada mañana, como tú, como yo, como todos.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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