EL HOMBRE COMPLETO
Ya lo haz hecho casi todo, no
puede ser que un hombre haya vivido tanto, ufff, me he tomado la molestia para
saber de ti, de tu actitud rebelde, de tu compromiso con la patria, de tu
desprendimiento de la vida de manera pública cuando quisiste salvar al mundo,
de cómo te has pronunciado por los medios de comunicación cuando la situación
ha sido álgida. ¿Sabes que los periodistas tenemos un archivo de las personas
que son como tú? Conoces a las mujeres y disfrutas de las que tú eliges sin que
en ello ellas puedan reclamarte algo. Sabes qué mi estimado Escritor te falta
por hacer, pues viajar. Otros ojos tendrás cuando vayas de ciudad en ciudad y
descubras el mundo como solo se hace cuando ves el otro lado del cielo desde el
otro hemisferio. Esas callecitas donde seguramente te preguntarás nuevamente
por la historia que han hecho los hombres, los museos y las casas de los
pensadores, poetas y escritores, los políticos y militares, la gente que querrá
conocerte y que tú querrás saber de ellas para aprender lo que ya no tienes que
aprender en esta ciudad. Podrás disfrutar de las muchachas que quieran saber de
tu sabiduría, de tus libros, de las hazañas que has tenido en esta región. Eso
es envidiable. Porque el libro que escribas desde el aprendizaje que te espera
será lo que otros autores quisieran haber escrito siempre. Pasaste los mejores
años de tu vida leyendo y queriendo cambiar lo que a tu criterio está mal en
nuestra sociedad. Aprendiste a distinguir a los sabios a quienes sin orgullo alguno
les escuchas, de esos perdedores que vendieron su alma en una barata de esas
tantas donde los hombres pierden su integridad y se saben sin valía. No fue
nunca tu intención hacer fortuna porque sabes bien que tu ambición te hizo
incorruptible, que aprendiste a darle más valor a tu obra que a seguir el
destino que siguen las demás personas. Te has sensibilizado de tal manera que
podrás conmoverte y apreciar en su verdadera magnitud las maravillas que a tu
paso encuentres. No irás a recorrer el mundo como lo hacen otras personas,
cometiendo delitos, buscando cómo ganarse la vida, quebrantando el orden
establecido donde nunca entendieron que son embajadores de un país llamado Perú
y que está muy venido a menos por los que nos representan en el extranjero. Tendrás
la oportunidad de entender al ser humano desde otras latitudes donde no querrás
cambiar nada. Tu respeto a la persona es tu valía y, tu interés por querer
entender al otro te dará bastantes noches donde escribas historias increíbles
que no llegan a este lado del mundo y que anhelamos conocer. Por qué pues no
tendrías que haberle hecho caso a tu padre cuando te dijo: este trabajo de
oficina no es para ti, tú eres un intelectual que no necesita ganarse la vida y
pasar por esta rutina donde no se vive, tu madre y yo te dimos vida para que
escribas, no para que uses terno y corbata y sobrelleves la vida miserable de
los que no tienen talento y tienen que dedicarse a hacer lo que tú aún no
entiendes: trabajar. Qué lindos padres Mauricio, naciste a buen recaudo, con
una vida asegurada, sin preocupaciones por el mañana, con el amor ya superado
como experiencia desde la convivencia, dueño de la soledad que miles de autores
quisieran tener para poder escribir diariamente. Las horas que se te han
otorgado para que escribas son las horas de los que no hemos vivido todo lo que
tú vives. A veces en un solo párrafo la vida está resuelta al ser leída. Tú
eres un hombre resuelto, alguien que se alcanzó en su momento, ¿sabes que pocas
personas en este mundo llegaron a encontrarse hasta saber de qué son capaces de
hacer cuando están totalmente solos en el mundo? Entonces dime señor escritor,
qué harás cuando al abrir las ventanas para que el sol entre, lo veas salir por
otro lado y a tu lado una muchacha que se tomó la molestia de estudiar
hispanística te llame para volver a hacer el amor. Si no lo sabes, para
conocimiento público, cada generación, de manera muy diferente, para
circunstancias diferentes, donde lo que tenga que ser escrito sea diferente,
elige a sus intelectuales o referentes, en este caso, como el tuyo, la
Literatura, porque escritorcillos abundan y pasan rápido al olvido, mas tu
constancia que tantos celos y envidias despiertan es lo que te hace más grande.
Porque aquí, no te queda más nada por hacer ni conocer. Si te digo esto, es
porque desde tu vigor y buena salud, te veo recorriendo el mundo de la mano de
muchachitas de diferentes universidades que gustosas querrán compartir contigo
sus costumbres e historia de cada pueblo por donde te lleven y si acaso las
ciudades desde donde de manera anónima, sin
querer llamar la atención para tener fama, te sientes en la silla de un
café, que quede al lado de un río, para escribir lo que aún no está escrito,
sin que necesariamente tengas que trabajar como docente universitario ni querer
formar parte de la socialité por formar parte solo de los que gozan de la
soberanía absoluta, y acaso su afán no es salir en las portadas de las grandes
revistas ni estar siempre en los medios de comunicación, entiendes que tu tiempo
es muy preciado y valioso, que solo debe ser abocado para la literatura y el
sexo, desde el testimonio donde nos enseñes qué es la libertad, qué es ser un
hombre exento de anhelos banales o ambiciones propias de los que aún no
entienden qué es la vida, y que tú desde tu experiencia extrema, reivindiques a
los poetas, los que vieron el mundo tal cual como es y se internaron en medio
de éste para ser dichosos y felices, como es en tu caso, ¿no serías la
expresión perfecta que responda a lo que nadie ha resuelto cuando se habló
siempre del destino y cómo vivir?
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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