EL LUGAR DENTRO DEL MUNDO



¡Ah, el destino terrible de los Poetas!
No era el equivocado yo,
Los buscadores otro camino tomamos
Antes que el verbo nos alcance en plena marcha
Solo para testimoniar
Que estuve entre personas enfermas
Donde tuve que contemplar
Las desdichas de los que perseveraron
En quitarle la esperanza
A los que siendo felices
Al leerles, les negaban toda fe hacia el presente.
¿Por qué entonces abandoné a los extraviados
A sabiendas del precio de la soledad?,
De la compulsión entre el Bien y el Mal,
Donde fui necesario para retornar brioso
Y proclamar que desde sus escritos
La vida no era eso,
Que los poemas son Cantares de celebración
Donde los versos malignos son expulsados con los infelices,
A sus avernos de donde no deben salir nunca.
¿No fue mi voz una espada que les incomodó tanto?
Porque se atribuyeron el derecho
Para escribir sobre la vida
Estos nefastos personajes
Desvirtuando a los poemas, al Poeta que invencible
Había descubierto la vida donde el mundo está.
¿O solo escribían para enfermar a los lectores
Que habitan entre bares y de todo reniegan?
¿Viste a la muchacha danzar de alegría
Cuando los rituales eran el alborozo
Para volver a empezar?
¡Ah, maestros de la palabra
Que nada aportaron a los muchachos desorientados
Que dejaron de leer, por encontrar
Seudo poetas que carecían de sabiduría,
Si acaso la sabiduría es otra cosa,
Como he tenido que testimoniar
Después de haber habitado en el infierno!

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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