ENSEÑANZAS DE UN HOMBRE SABIO



El hombre que recorrió todo el mundo
No traía el rostro triste.
Me dijo que había aprendido a vencer
Que su corazón a ninguna mujer entregó
Que los secretos eran su misterio
Y que las ciudades fueron suyas
Antes de preguntar cómo eran sus costumbres.
El hombre que recorrió todo el mundo
Tenía modales de Señor, era amable y sereno
Me comentó sobre los pesimistas
Que solo conoció a uno
Y después decidió no conocer a ninguno más.
Su sonrisa hablaba de amistades para siempre
De noches donde encontró lo que en los libros no halló.
Tiene muchos años y el rostro arrugado
Me dijo que no tuvo tiempo para estar amargado
Que salió pronto de su ciudad
Porque el amor allí no lo halló,
Que sin embargo después de amar
Muchas muchachas le fueron suyas
Y algo en todo esto aprendió:
El corazón es lo más valioso en un hombre
Y por tanto a nadie debía entregarlo.
Empezó a narrar historias increíbles
Hazañas donde la vida es merecida.
El hombre que recorrió todo el mundo
Nunca me habló de Dios o de todos los dioses
Tampoco me habló de los gobernantes,
En su voz pausada la sabiduría era armoniosa,
Me dijo que se sabía de memoria las mejores canciones del mundo
Porque las cantó feliz en cada ciudad nueva
Tantas veces fuera necesario.
El hombre que llevaba una sonrisa complacida
Dijo algo célebre que hasta ahora recuerdo:
“Yo nací para ser feliz”,
Nadie me quitó ese derecho
Y convencido fui tras del mundo,
Y no hallé error en esto.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta
Todos los Derechos Reservados para

Julio Mauricio Pacheco Polanco

Comentarios

Entradas populares de este blog

MANUAL PARA NO DESPERDICIAR LAS NOCHES

EL POEMA QUE HONRÓ AL MUNDO

EL CORAZÓN QUE VOLVIÓ A SU DUEÑO