LA LEYENDA DEL MAESTRO



Dice el cazador que tuvo que aprender a ser sabio
Cuando la vio partir,
Desde entonces agradecido está
Por haber entendido recién el amor de los libres.
Muchacha que dices  ser la mejor de todas
Medita que las rubias de ojos celestes se han sentido totalmente perdidas
Cuando el corazón se partió en mil pedazos
Y lloraron por amor
A pesar de haberse reconocido como reinas invencibles.
Unos labios sensuales y una mirada que insinúa
Son el peligro de quienes aman el peligro,
Las sábanas  orinadas
Las recurrentes compras de preservativos en los hoteles.
Dice el cazador que ya conoce de las horribles caídas y la soledad del amor
Que es difícil tomar una decisión,
Que el amor sucede cada media hora
Y así de igual manera se va.
Yo vi al hombre lujurioso que escribía sobre sexo
Vendiendo sus libros por las calles de la ciudad
Por no haber hecho caso a los consejos al momento de amar,
Tanta sabiduría con las mujeres
Y ahora ni una sola moneda para llevar el pan a su casa,
Si acaso el hijo que tiene no fue producto del amor
Sino de la lujuria.
¡Ah, cazador que evita las trampas,
Recorres los hoteles de la ciudad y así es feliz!
Yo he pensado en que tiene razón,
Como así concuerdo en saber elegir a las libres,
A las que no se les dá el nombre completo ni la dirección,
Esas muchachas que nunca más se volverá a ver ni extrañar.
Muchacha que disfrutas y derrotaste los prejuicios o la censura
Ya no piensas en las vencidas de ojos celestes que aún no olvidan,
Dicen que el mundo ha cambiado,
Entiendo que es de ésta forma,
¿Alguien que nos enseñe otra manera de amar?
El Maestro solo escribe,
Sabe que recorre el camino que todos quisieran seguir,
Y así, contempla los abismos con indiferencia
Mientras hace poesía
Y prefiere seguir libre.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

Todos los Derechos Reservados para
Julio Mauricio Pacheco Polanco


Comentarios

Entradas populares de este blog

MANUAL PARA NO DESPERDICIAR LAS NOCHES

EL POEMA QUE HONRÓ AL MUNDO

EL CORAZÓN QUE VOLVIÓ A SU DUEÑO