LA LITERATURA, LA PERSUASIÓN, Y LOS AMOS DEL MUNDO
¿Podrá un escrito salvar el
mundo?, sorbí mi vaso con Kola Real, la tarde era tranquila, Arequipa es una
ciudad tranquila. Siempre en Perú todo se llega a saber tarde o temprano,
pensé, pero ya no estaba escribiendo para Perú, mis escritos cruzaban los
continentes, y esto me ponía una vez más en la encrucijada. Sabía de la
responsabilidad de la palabra, de la influencia en los jóvenes lectores que
creen en un mundo mejor, en los que aún no conocen de la hora suprema, de los
que aún no han sido privados de la libertad, de los que no cruzan la línea por
principios, esos muchachos y muchachas que creen en lo que dice un libro, los
que luchan día a día para no ser como los demás, si acaso su lucha contra la
corrupción estén donde estén, los enfrentase ante monstruos invencibles, el
crimen organizado, el narcotráfico, la delincuencia, la soledad de los que no
tenemos líderes, los que nos sentimos desamparados y sabemos que no basta con
leer la mayor cantidad de libros de Derecho, que tarde o temprano, mirásemos a
donde mirásemos, alguna mafia vinculada con el poder desde antes que nacieran,
ya manejaban el mundo. Es que es tan fácil para ti escribir desde tu habitación
sin salir mucho de casa, esforzándote en creer que la Literatura tiene una
razón de ser, la razón de ser que le has dado cuando has pensado que ésta puede
salvar nuestra sociedad. Te diré señor Escritor que a pesar de ser esos
muchachos, muy idealistas, no querrán verse privados de su libertad como te
pasó a ti 5 veces. Nadie quiere los psiquiátricos ni la cárcel. Otros podrían
confundir tus escritos y tomar las armas por la sed de justicia que han
alimentado durante muchas generaciones. ¿Eso es lo que buscas?, calé mi tabaco
con serenidad mientras me acomodaba en el asiento para mover el celular y
pensar en esos años cuando me entregué de lleno a la causa mundial. No, en lo
absoluto, estoy en contra de todo tipo de violencia, no es ése el camino.
¿Entonces cuál es Poeta?, solo revives la herida del pueblo, pero no das
respuestas. Sabes bien cómo es la realidad universitaria. Aquí nadie tiene
opción, el sistema absorbe a todos siempre, no puedes elegir, ¿o pretendes que
todos lleven tu estilo de vida monacal, sin mujer, sin lujos, sin hijos que
merecías tener, o sin el derecho a recorrer el planeta como muchos lo han hecho
y podrías hacerlo, tirando dedo por la carretera? En ese momento recordé los
años de sedación con fuertes drogas enervantes que me impidieron hablar durante
varios años, esa dislalia, no, tampoco quiero eso para ellos, pensé, porque
alguna vez alguien me dijo que mi camino fue muy duro y difícil, que la
resistencia no podía ser tan cruel. Sin embargo, cuando entres a trabajar,
volverás a retomar tus ideales y tomarás consciencia el porqué de éstos. ¿A qué
te refieres Escritor?, sabes bien que la convivencia universitaria destruyó a
miles de jóvenes que tuvieron sueños legítimos como tú y yo, sabes bien que
será de igual manera esa convivencia en los medios laborales, sabes bien que te
hostilizarán, que a pesar que estés casado y tengas hijos, el dinero que ganes
lo llevarás con odio a tu hogar y, no tendrás tiempo para ver a tus hijos
crecer. Pensarás en tus derechos, en que nada está bien, en que la vida pudo
ser de otra forma, que quizás hay alguien que tenga las respuestas que
necesitamos. Y entonces qué, ¿les dirás que no trabajen para los Amos del
Mundo?, ellos les dan de comer, les dan comodidades, un futuro, una posibilidad
para asomarse por momentos a la vida. Estimado Escritor, los multimillonarios
no van a ceder un solo centavo de su riqueza para favorecer a los oprimidos,
aquí el que no obedece se queda fuera, es un marginal, alguien que está
condenado a la soledad. ¿Qué les dirás entonces a los muchachos que te leen?, ¿qué
se levanten contra quienes les dieron una oportunidad para alimentarse, tener
un alquiler o vivienda propia, seguro social, educación para sus hijos, un
nombre dentro de una sociedad donde todos deben tener un nombre, donde todos
quieren significar algo?, ¿tienes algo mejor que ofrecerles desde tus escritos?
La palabra escrita, pensé, el poder de la palabra escrita, las ideas que éstas
encierran cuando se trata de la dignidad de las personas, de cuando nos hemos
cansado de que nos usen, nos mientan, nos manipulen, nos digan qué debemos
hacer, qué debemos consumir, cómo debe ser nuestro estilo de vida. ¡Poeta!, si
les quitas el consumo, les quitas el trabajo a miles de personas que fabrican
lo que los asalariados consumen. Es así el mercado. Quieras o no, el dinero es
útil, o vas a canjear el cultivo de una hectárea de ajos por un auto del año. Sé
que el despertar será duro para muchos muchachos, más aún cuando se enamoren y
quieran salir adelante. ¿Les vas a impedir que sean felices cuando recurran a
los Amos del Mundo al momento de pedirles trabajo? ¿Has olvidado nuestra
naturaleza?, mira a los que creyeron en el comunismo, mira a los socialistas,
mira a los extremistas, mira las guerras en medio de las cuales el planeta
diariamente delibera entre la vida o la muerte. Ahora que te leen en todo el
mundo, qué les vas a decir, ¿qué la literatura es ficción, nada más?
Me serví un vaso más con Kola
Real, le heché unos cuantos cubos de hielo, y entonces al dejar el tabaco
mentolado sobre el cenicero, miré a los ojos a mi amigo para sin elevar la voz
innecesariamente decirle: “escribo para recordarles que no están solos, que el
mundo sigue siendo uno solo, que detrás de nuestros sueños, de los días duros
de labor, del descreimiento generalizado entre las personas, del brutal mercado
donde nos deshumanizamos y olvidamos nuestros sentimientos, escribo, para
recordarles que la lucha por los ideales vale esa pena, ese esfuerzo, que la
integridad es algo que aún existe en este mundo, que aún los brazos siguen
alzados, que la Literatura sirve justamente para este fin, para El Discurso
desde donde cada joven al alcanzarse y encontrarse dentro de este mundo, sea
una respuesta más de entre todas las que necesitamos para seguir unidos, que aún
hay personas que no dejarán que compren sus principios, que la altivez y el
orgullo no está perdido, que los ojos se hicieron para ver frente a frente al
gerente o patrón o Amo".
¿Y luego qué Escritor, qué?,
preguntó mi interlocutor.
La constancia, la persuasión, la
honestidad y el conocimiento necesario para saberse dignos, es decir,
merecedores del mejor de los tratos, se esté donde se esté, sea la universidad
o el trabajo. La persuasión de los íntegros, de eso estoy escribiendo y
hablando hace tiempo, ésa es mi resistencia, el origen desde mis escritos,
cuando dentro del mundo, obligadamente tendremos que aprender a pelear por
defender nuestros derechos humanos. ¿Y todos podrán tener ese verbo, Poeta?
Si seguimos leyendo, sí, si
seguimos leyendo.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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