LA TEMPLANZA ES UNA VIRTUD QUE NO SE OLVIDA HASTA LA MUERTE



Para los que viven el momento,
Entre excesos equivocados
Cuando aún no se han percatado de los errores
Que en un solo instante lo cambia todo,
Acaso un embarazo no deseado
Una pelea donde mataste a alguien,
El no retorno del alcohol o las drogas,
Las sentencias del que vivió y ahora se dedica a aconsejar
A pesar de saber que no será oído,
Para los que viven el momento
Y se desentienden del norte
Sea cual fuera,
Para los que optaron por el camino fácil
Y ahora están presos,
Para ellos que alcanzaron la vida
Y dejaron de soñar para vivirla
Y la perdieron en ese mismo momento,
Para quienes se sintieron dueños del mundo
Y tuvieron que aprender a sonreír
Para no mostrar las miserias que los hundieron del todo,
Para los que se quedaron a mitad de camino
Y se cegaron con la fama y el reconocimiento
Sin darse cuenta de la libertad que perdieron,
Para los que se creyeron todas las alabanzas
Y no quisieron entender del rigor de la soledad
Del no deber confiar en nadie
Sin perder la frescura de lo sincero,
Para los que dijeron: “hasta aquí llegué” y,
Para quienes llegaron sin encontrar nada
Para esos que viven el momento
Sin medirse en los excesos,
Les traigo una mala noticia,
La vida para la mayoría es una larga búsqueda
Que concluye en hallarla solo por un instante.
¡Ah, de los virtuosos que rechazamos el aprendizaje de la felicidad
En base al dolor!, cuánto no hemos escrito
Sobre lo que desconoce el que está a punto de saberse
Y se ciega con falsedades que han de durar nada.
No puedes culpar al mundo por la ebriedad buscada
Cuando alcanzaste el sueño perseguido,
Ni nos odies, ni nos maldigas,
Ni quieras poner una bomba bajo una torre de alta tensión.
¿Te diste cuenta que solo seguías un libreto
Que te condujo finalmente a ser la copia
De lo que antes alguien ya vivió?
Entonces, cuando te sientes a mi mesa a hablar sobre la Libertad,
Si no me entiendes, no necesariamente seas tú el que tenga la razón,
Los perdidos tienen intereses superiores
Que están muy lejanos de lo que alguna vez sintieron
Cuando fueron íntegros y cedieron a la tentación del mundo
Para ahora dedicarse a hacerse la vida imposible entre unos y otros,
Esperando la celada para los venturados,
Los que tengan que conocer la vida
En medio de arpías y serpientes,
Entre gente que se sabe poca cosa.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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