LAS FANTASÍAS DESPUÉS DEL MATRIMONIO DE MIS AMIGOS
Al ver el símbolo de la balanza
comprendí todo. En algún momento de su vida lo condicionaron para hacer siempre
el bien, tuvo que ser reconocido por algo bueno que hizo, esas felicitaciones
que marcan la personalidad. Porque pese a que siempre me repetía que le pagaban
mal a todos los favores que hacía para con los suyos, no desistía en seguir
practicando el bien desde la abogacía. Me sonreí para mí mismo. Quizás en esa
amistad tenía solo eso en común y, sabíamos ambos que eso les agrada a las
mujeres. Las mujeres se fijan siempre en los hombres buenos, no les interesa si
son compartidos con otras mujeres. Pensaste bien en lo que hiciste con tu vida,
le comentaba mientras reflexionaba en las propiedades que tiene, una dejada
para cada uno de sus hijos y, los demás departamentos para sus queridas. Era muy
normal que mujeres muy hermosas le enviaran mensajes desde el WhatsApp
mientras filosofáramos sobre las muchachas que conocíamos. En realidad nuestra
voluntad ante la vida fue compensada por el Sí de las muchachas que a tiempo
nos salvaron del suicidio, de las renuncias totales cuando sentimos que nada ya
vale la pena. Porque el tipo era sumamente delgado, mayor en 10 años de mí, con
la nariz intacta, sin un desvíe normal de esas camorras donde alguna vez entre
cinco me rompieron una ceja o, al agarrame a golpes con un karateca, me
desviaran el tabique para luego tener que hacerme una cirugía.
Llevaba casado más de 15 años con
una mujer muy bella que le dejaba en paz, una mujer que orgullosa tenía tema de
conversación con sus amigas cuando les hablaba de lo infiel que es su esposo,
de la cantidad de mujeres que siempre le llaman pero que nunca se atreven a
buscarle en su casa, una casa ubicada en una de las mejores zonas de la ciudad.
Se aferró a la vida y defendió
con todas sus garras todo lo que hasta ahora tiene. Litigios diarios, juicios,
enemigos que sobrepasaban las mil personas, mas siempre viviendo en paz, sin
que nadie fuera a su casa a mortificarle, amenazarle, vengarse por un juicio
perdido.
Estoy con ella porque no me hace
problemas, es tranquila y sabe que no le voy a traer venéreas ni cosas por el
estilo. Siempre me dice para tener otro hijo, sabe de mis amantes y lo toma con
calma. La mujer de mi amigo fue una muchacha que en su momento era pretendida
por los más influyentes de la ciudad. Tuve que tomar una decisión Mauricio,
cuando me enamoré de ella, renuncié a ser el asesor legal externo del cuarto
grupo más importante que hay en Perú. Ella no es como las demás arequipeñas que
conocemos, es rubia, alta, de ojos celestes. Al principio tuve celos, pero
cuando de pronto me di cuenta que fue la decisión más acertada de mi vida, me
felicité, total, mi fama de buen abogado me sigue a donde voy y, todo volvió a
recuperar su cauce normal, es decir, seguir con mis amantes a las cuales les
doy todo, incluyendo los departamentos que compro y saben bien, se quedarán
con ellas. ¿Sabes?, sin embargo a ella
la prefiero, por eso vivo en la casa que sabe será para ella, con ella comparto
las noches, a pesar de mis escapadas, sé que no
me es infiel, que se jacta de que yo tenga muchas queridas, Mauricio, la
clase alta en esta ciudad es así, a más mujeres en un hombre exitoso, más
felices son las mujeres que se quedaron con el casanova. Tu caso es excepcional
porque solo tienes fama de Escritor, nada más, ni fortuna, ni una economía
holgada. Je, suelo con ella fingir encuentros donde no nos conocemos, en
lugares distintos, bajo circunstancias inverosímiles, sea en un bus, en un
café, en plena calle, en un centro comercial, en el ingreso al cine, donde sea,
donde la enamoro como si fuera un extraño, como si la viera por primera vez,
ante la vista atónita de los extraños que no saben cómo reaccionar. Cada uno de
esos encuentros es una aventura para mí, una nueva frase de amor, una nueva
declaración, esa sensación que tienes cuando ves a una muchacha que tanto te
gusta y lo piensas muy bien, y de pronto te armas de valor y decides
enamorarla, eso es lo que vivo con ella todas las tardes, nos sentimos jóvenes,
como si fuéramos dos adolescentes que recién empiezan a vivir. Creo que la vida
es eso, un volver a empezarlo todo, pero con estilo, con romance, con pasión,
con todo aquello que nos excite en una mujer, si es que hablamos de la vida y
las mujeres, porque al igual que tú, me recorro hoteles donde ella se siente
complacida con fantasías donde pareciera que hiciéramos el amor por primera
vez. Tantos juicios y pleitos ganados en la vida, tanta salud que pierdo al
enfrentarme contra personas poderosas, todo, todo ello mi estimado Escritor, es
compensado con el sexo, como si fuese una cura que remediase todos los males.
Prendí un tabaco mientras veía el
mensaje de texto que me acababa de llegar a mi celular, lo leí y al momento le
dije, tengo que hacer, una muchacha me decía si tenía algo qué hacer en ese
momento. Nos despedimos. Pensé en los que no fueron rescatados antes de
Julio Mauricio Pacheco Polanco
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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