LOS ESCRITORES QUE SE RESISTIERON AL SILENCIO



Y entonces, por ejercer mi derecho a la Libertad de Expresión, me di con la sorpresa que empecé a ser censurado reiteradas veces por mis opiniones, si acaso, desde mis escritos, denuncio el crimen organizado, el lavado de dinero, la corrupción o, doy nombres de líderes traidores a la Patria, sin olvidar mi reiterada lucha contra las drogas y el alcohol. Todo lo mencionado o escrito, es justamente el mal lacerante que destruyó al hombre del siglo XXI, sin dejar de mencionar a esos lobbies dirigidos por mujeres que padecen de Misandría y, cuyo único fin es el de querer destruirnos. Al menos eso entiendo, porque mis luchas desde mis escritos, entiendo, son necesarias, en vez de estar confundiendo a los niños con ciertas ideologías que les enseñan cosas donde pierden la inocencia o, terminan totalmente confundidos, si es que acaso, yo sufriera de bullying y no por ello me rindiera. Yo mismo decidí mi tratamiento psiquiátrico en su momento, y en su momento, me alcé en nombre de la Democracia en mi país, por estar el Perú totalmente intimidado por una Dictadura que pretendió silenciar a toda una generación, si acaso les lavó el cerebro hasta hacerles creer que el término de corrupción era algo normal.
Mi discurso del hombre virtuoso va justamente en defensa del ser humano, de lo que bien otros excusan como condición humana y no merece el perdón. La Literatura para mí, no es escribir discursos demagogos donde hable bonito y esperance a los que recién empiezan a vivir. No, para nada, el discurso del Escritor parte desde su autoridad moral y, la credibilidad que le da su lucha constante, cuando se trata de encontrar respuestas a nuestro modelo de convivencia, donde pocas personas tienen un norte definido y, nos han hecho creer que el dinero es la meta a alcanzar en este mundo. Cosa tan falsa como el vacío propio de los magnates que lo tienen todo y aún no saben para qué viven y, necesitan que alguien les justifique su razón de ser.
Porque lo primero que piensa un muchacho cuando entra a la universidad es que debe ser el mejor, peor lo que no sabe, ignora, es que dentro de su grupo de compañeros, hay vacas sagradas, es decir, alumnos que al igual que él, sacarán las mejores notas y, tendrán a su alcance las becas necesarias para ser magister´s o doctores. Todos somos inteligentes, todos podemos ser los primeros puestos en los salones si, nos proponemos a estudiar, leer y devorar cuanto libro llegue a nuestras manos. Otra cosa es que se metan en política y, al recibir favores de la cátedra por defender sus intereses, reciban todos los beneficios de quienes pasaron por la universidad pero de ésta nada aprovecharon.
He conocido catedráticos mediocres que llevaron el título de Doctor, sin que de pronto uno entienda cómo es que llegaron a tal título honorífico. A esto le llamo la cultura del autoengaño, del querer estafar a los demás y así mismos. La mentira de pronto fue algo que se asimiló de maestros que hicieron lo mismo. Cómo pues entonces reclamarle a quien en su momento, creí que era mi amigo, cuando entrara a su casa y, encontrara en su casa, un letrero roto de Pepsi que él había arrancado de un anuncio publicitario por puro vandalismo. En ese momento entendí que la cátedra tenía el mismo talante. Si la cátedra estaba de por sí corrompida, qué valores daba a sus alumnos que sin disculparlos yo, solo hacían lo que veían dentro de la universidad.
No, no me van a censurar ni callar cuando denuncie todos los males que laceran nuestra sociedad. Sé que expongo mi vida y, sé que lo hago desde un blog donde comparto mis aprendizajes de manera gratuita, sin querer lucrar con mi Literatura y, sé que mi voz no es aislada, que es justa en la medida que soy consecuente con lo que escribo y, con la necesidad de una vez y por todas, juzgar a quienes están haciendo daño a las nuevas generaciones, por ser plenamente consciente del alcance de mis palabras, de la influencia de ésta en mis lectores y, del cómo sin ningún tipo de miedo, mis ojos ven el mundo que todos quisieran encontrar, sin pedir nada a cambio, solo recordándote amigo lector, que no basta con decir que lo intentamos, que la siguiente generación es la que debe tomar la posta, para mejorar este mundo, que con decir, yo ya cumplí, uno se libra de responsabilidad alguna. Eso para mí no es Literatura, mucho menos, ser solidario con la humanidad.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor

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