HIPATIA DE ALEJANDRÍA Y, EL AMANUENSE MALDITO



En la noche está el misterio de los tiempos.
Y esto lo supieron los primeros Filósofos
Y así es la naturaleza de lo que no es inteligible al hombre,
Sea así Dios en todas las culturas,
Sea así la imposición de la Fe.
Hipatia de Alejandría entendía también
Que siempre el ojo del hombre, sería el centro de la Tierra
En relación a su observación de la bóveda celeste.
Virgen en el sentido más absoluto de los primeros apartados
Entendió a la Luna y todo el conocimiento que con ella se perdió
Y que ahora es un misterio para el hombre común,
Si es que coincidimos que la filosofía del hombre es inconclusa
O incompleta, porque la mujer calla lo que sabe
Y es contrario a todo lo que el hombre ignora.
Y erramos en el delirio de ciencias que son Literaturas
Cuando la realidad es otra
Si es que hay un secreto bien guardado
Y cuyos labios inmaculados fueron silenciados
En Hipatia.
¡Oh, Hipatia, enterada de la verdadera astronomía!,
Falsos Patriarcas volvieron a escribir la historia
Y hasta ahora no sabemos nada
Si los verdaderos libros otros los tienen
Y el amanuense maldito, mintió al traducir los textos.
Porque el hombre aspira a la sabiduría
Y la mujer desprecia por tanto a la filosofía por considerarla cosa de tontos,
Por estar en ellas todo resuelto, desde más antes que ti Hipatia,
Cuando el mundo cambió
Y los falsos patriarcas entregaron al hombre
Ciencias que éste no entiende hasta hoy.
¡Hipatia, pura y no tocada!, nadie como tú supo qué es el Sol y la Luna
Que en el amanecer de los hombres,
Las muchachas contemplan la estrella de los deseos
Y nada ignoran del cielo, algo resuelto para ellas desde siempre
Y que el hombre letrado conoció hasta tu muerte,
Que es cuando verdaderamente cambió el mundo,
Mientras el amanuense maldito antes de morir,
Otros libros entregó a su quema
Para el privilegio de la Biblioteca que todos buscan
¡Solo hallada cuando sea el fin de esta era!,
Lo mal llamado fin del mundo,
Lo que en propiedad signifique volver a la verdad perdida,
Lo que hemos pensado todos,
¡Antes de ser quemados, asesinados o internados en los psiquiátricos!

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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