LA MELODÍA DE DIOS PROHIBIDA



Los eruditos me han de dar la razón
De cuando leí en el Diccionario de la Real Academia
De la Lengua Española que,
En la época de Juan Bautista
La escala musical alcanzaba nueve notas
En relación al vigor más intenso de los hombres.
De este saber ocultado
Hubo un Hacedor de la música
Que componía excepcionales melodías
Que por ser tan perfectas
Y tener un genio tan inigualable para el ser humano,
La realeza lo apartó y decidió
Que solo ellos pudieran escuchar sus composiciones
Siempre con partituras de nueve notas
Con instrumentos imposibles
Que él mismo elaboraba a ciencia de ser sabiduría ancestral y,
Que solo pueden ser oídas actualmente
Por un reducido número de intelectuales  potentados,
Sabedores del talento incomprensible que no debe llegar al mundo,
Ha dejado, comentan en los Music Hall de Manhattan,
Entre Rabinos que estudian la Cábala
Y científicos poseedores del conocimiento perdido de la Alquimia,
Que compuso la melodía infinita y superlativa,
Para la cual, desde abadías en muchos siglos
Los extraordinarios músicos de todo el mundo,
Siguen siendo educados para dedicarse en turnos
A dedicarse de por vida, a proseguir con lo que este Hacedor inició alguna vez
Y dicen los hombres sabios, es la melodía de Dios que,
Debe ésta permanecer siendo ejecutada,
Entre el transcurrir de generaciones a lo largo del tiempo.
Se me ha permitido compartir lo inconfesable de esta Opus Magnum,
Solo para dar Fe de la existencia de Nuestro Señor
Y de su eternidad por sobre todos los tiempos,
Como es así lo que inspira, congraciado con su bien amado hijo
A quien le habló en aparición divina
Compartiéndole el secreto, para componer lo prohibido,
Solo para mostrar su bondad ante los más fuertes.
Y fue que a cada nota le dio un número y, ese número es Pi,
Por tanto, la melodía nunca se repite hasta el infinito,
Si acaso a cada número le dio una nota, siendo así que
El 3,14159265358979323846… que nunca termina,
Sigue siendo escuchada por los que preservan el saber del hombre y,
Dicen los representantes de Dios, es el pacto hecho con sus hijos,
Cuando tengan que recordar en el momento más difícil,
Que la vida en el universo nunca cesará,
Mientras la melodía siga siendo ejecutada.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta

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