AFORISMO SOBRE LA VOLUNTAD DE PODER





Dijo el hombre sabio al muchacho que lo buscó:
¿Por qué viene ante mí alguien tan joven
Donde reina el silencio y la vida es meditación y pensamientos propios?
Muchacho que has subido nevados escarpados,
Aquí no está   la vida que debes experimentar
Tus años deben llenarse de experiencias vitales,
¿Qué respuestas buscas y crees debo tenerlas yo?
El muchacho de rostro bruñido por el frío de las alturas
Lleno de ansiedad en la mirada preguntó entonces a quien pensó:
“Este hombre sabio debe ser mi maestro buscado”.
Busco mi lugar dentro del mundo, hombre solitario.
Pues has venido al lugar errado, joven buscador,
Vé, mira, observa todas las montañas que nos rodean,
Aquí cada montaña tiene un hombre solitario como yo,
Aquí no hay espacio para nadie que busca su lugar dentro del mundo.
El joven llenó sus ojos del silencio majestuoso e invencible
Y pensó para sí que la estridencia de las grandes ciudades
Y el caos del cual escapaba
Solo podía ser suplido por la apacibilidad que allí se respiraba.
¿Y si fuera su discípulo y le nombrara como mi maestro?
Parece que no has entendido mis palabras muchacho buscador,
Aquí reina el silencio, la meditación y los pensamientos propios,
¿No has escuchado lo que te dije?
Todas las montañas que nos rodean tienen dueño,
Además, nunca tuve afán de ser maestro ni mucho menos tener discípulos,
Debes volver de donde provienes,
Aquí solo vivimos los que vencimos a la soledad, la locura y al mundo,
Pero tú estás huyendo de todo ello.
Y no dijo más el hombre sabio,
Eso es lo que relata el joven buscador desde el psiquiátrico
Sin que nadie le crea, nadie.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Aforista

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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