DOS EXTRAÑOS EN LA NOCHE NO SIGNIFICAN NECESARIAMENTE LA VERDAD

Suena una canción que invita a los hoteles discretos

A ese olor de piel desnuda que quiere amar

A camas donde no basta el espacio para mis ansias,

Suena una canción desde un café mientras camino por la ciudad

Y las muchachas ríen sintiendo dentro de sí las primaveras que no volverán.

Alguien canta como si fuera su primera vez,

Seguramente por eso le hacen caso y le dan todo el volumen,

Nos recuerda seguramente otros días donde no sabíamos qué era la libertad.

Porque sé que debo tener cuidado,

Los rostros engañan luego de las venganzas,

Una muchacha que se me acerca sin razón alguna para querer conversar conmigo

No lo hace por mi fama de Escritor,

Y no es que me niegue a todas,

He aprendido a estar solo con las que pueden soportar las lides del amor,

¿Por qué tendría que ser cruel y romperle el corazón

Más de lo que ahora lo tiene cuando ha sabido de mi negativa?

¿Ignora esa muchacha que hay noches donde no hay retorno,

O ignora que el amor le quitará para siempre la fe en nosotros los hombres?

Suena una canción desde un café mientras tengo ganas otra vez de los hoteles discretos

De las muchachas que son felices donde otras se quitan la vida,

Siento olores intensos que se mezclan entre decenas de cuerpos

Hasta marearme y hacerme sentir complacido.

¿Qué le dice un extraño a una extraña cuando apenas se ven

Y quieren saber lo que no saben, en medio de desconocidos?

Yo buscaba una casa donde el calor fuera agradable

Y se sintiera el olor a la cena servida y el sexo de una mujer ansiosa.

Pero los de la vera de los libres ahora no esperamos nada

Sé que no es suficiente con hablar claro,

Con dejar bien en claro que uno no ama como ellas quieren esperar,

Los profesionales sabemos que nunca debemos llamar

Ni preguntar ni aparecer cuando no se nos necesita,

La paciencia es la virtud de los que conocemos el cielo.

Y suena la canción mientras los olores se mezclan para mi excitación en plena ciudad.

El café está lleno de extraños que apenas pueden verse entre sí,

Entre extranjeras y novatos que seguramente terminarán tatuados.

Le han dado todo el volumen a la canción,

No hay tiempo para orar por los que desconocen lo que debe morir necesariamente,

Antes de refugiarse para siempre en los hoteles discretos,

Donde nadie espera nada de nadie,

Solo intensidades que van más allá de lo que los demás puedan entender.

Julio Mauricio Pacheco Polanco

Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco